ARCA DE ESPEJOSFeliz año para La Alameda

AQUILES PINTO FLORES.

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Es un hecho que el próximo diez de enero, el Ministerio de la Defensa devolverá al de Educación los terrenos e instalaciones de la Escuela Normal Rural Pedro Molina, de la Alameda, Chimaltenango, que durante veintiún años ocupó el ejército, enarbolando una bandera de zozobra.

Ahora se avecina algo sumamente serio, tanto para el MINEDUC como para la comunidad educativa de la Pedro Molina. Se trata de la planificación de programas y proyectos educativos para el mediano y largo plazo, que constituyan valiosos aportes para la educación y el desarrollo integral del país. Se sabe que son variados los perfiles de proyectos que se han presentado no sólo para el óptimo y racional aprovechamiento de la infraestructura física, sino para el desarrollo de acciones educativas trascendentes, visionarias y vinculadas para la educación formal y no formal, con proyectos de capacitación que permitan hacer de la educación, la verdadera y hermosa fuerza del desarrollo.

Sería conveniente que de inmediato fuera integrada una comisión técnica permanente y específica para que durante el 2003 trabaje intensamente en esta planificación estratégica.

Ojalá que el MINEDUC y la Dirección de la Normal Pedro Molina no cometan el error de decidir unilateralmente lo que según sus propios intereses crean que debe implementarse, sino más bien, deberían unificar criterios, ideas, experiencias y necesidades con la comunidad educativa Alamedina y con otros sectores preocupados por el futuro desarrollo del país.

En torno de este tema, tuve oportunidad de conversar con dos personajes en sus diferentes campos ocupacionales: Elmar René Rojas y Luis Adolfo Juárez Toledo, presidente y vicepresidente de la Asociación Nacional de Egresados Alamedinos, quienes junto a otros no menos distinguidos mentores de la Normal Pedro Molina, se han destacado por su vocación de servicio a la educación nacional

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Enhorabuena para los alamedinos. Este será el mejor regalo de Año Nuevo que recibimos los que en distintas etapas de la vida hemos bregado por los nobles caminos de la educación y la cultura y porque no sólo se han rescatado los terrenos sino más trascendentalmente han reivindicado la dignidad del magisterio nacional así como de la educación y el desarrollo rural de Guatemala; digo, entonces: ¡Feliz Año para La Alameda!

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