HAGAMOS LA DIFERENCIA
Aún estamos a tiempo
Es triste observar el vertiginoso desgaste del nuevo gobierno, a escasos ocho meses de haber asumido las actuales autoridades, ya que estas se ven inmersas en una serie de problemas, producto de la improvisación y de los equipos de trabajo de los que se han rodeado. Adicionalmente han cedido a grupos de poder, que han mantenido a esta nación sometida a sus intereses particulares. A esto ha contribuido el hecho de que el hijo y el hermano del presidente están envueltos en un acto de corrupción y también haber emitido un estado de Excepción fallido que suspendía garantías constitucionales y que lógicamente dio lugar a sospechas. Ahora está saliendo a la luz información acerca de financistas de dudosa actuación del partido que los llevó al poder. El pueblo de Guatemala espera cambios, los que no han ocurrido, y el Estado continuó marchando cómo venía, con el agravante de que los grupos que manejan la corrupción han tenido que reinventar estrategias para continuar operando en el poder.
Mucho se especula al respecto. Algunos expresan que el presidente está ya agobiado y con deseos de renunciar. Otros expresan que hay grupos interesados en quitarlo del poder, mencionan desde cierto grupo militar, hasta grupos socialistas de alguna nación poderosa. Quienes lo comentan expresan que tienen información fidedigna al respecto. Mientras tanto, el presidente decide salir del país y se ausenta de la problemática, dejando a su vicepresidente al mando, quien también está en el ojo del huracán por su actitud de alimentar el nepotismo, por el cuestionamiento acerca de su residencia y por perder el temperamento ante interrogantes que se le hacen.
Lo cierto es que se está desaprovechando la oportunidad histórica para realizar cambios en la Nación. El pueblo está a la expectativa y esperando. Estamos seguros de que la población apoyará al Gobierno si se observan acciones que beneficien al país. El presidente debe tomar conciencia de lo que el país necesita en este momento, realizar un proceso acelerado de transformación del Estado. Para ello debe informarse bien de lo que está sucediendo en su gobierno. Considero que la fábula de La morsa mal informada, escrita por Bárbara McCain, de Oklahoma City University, muestra una analogía de lo que le está sucediendo al presidente. En ella “Basil, la morsa en segundo lugar de liderazgo, le indicaba al jefe de la manada que todo marchaba bien; sin embargo estaba sucediendo una serie de acontecimientos que hacía que las morsas se unieran a otra manada, hasta que se retiraron todos. Luego el jefe expresó: “¿Me abandonaron? ¿todos? ¿Pero por qué? ¿Cómo pudo pasar esto? No lo entiendo, y justo ahora que todo iba tan bien”. (puede leerse la fábula completa en http://jmonzo.blogspot.com/2012/01/comunicar-en-tiempos-dificiles.html). En este caso Basil representa la rosca cercana al Gobierno, y la manada, el pueblo de Guatemala, que poco a poco se va desencantando de la persona que eligió para presidente.
Aún hay respaldo popular, pero es importante dar muestras claras de que se quieren hacer bien las cosas, definir estrategias adecuadas para tener éxito y promover procesos innovadores que modifiquen por completo la estructura estatal. Ser implacable con la corrupción. Señor presidente: no necesita quedar bien con nadie más que con el pueblo de Guatemala, que lo necesita y que lo eligió. Haga verdad el discurso cuando usted ganó la presidencia: “En Dios haremos proezas”. Seguimos esperando… porque aún hay esperanza.
samreygo@yahoo.com