CABILDO ABIERTO Bioseguridad

VÍCTOR FERRIGNO

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Toda actividad humana implica algún nivel de riesgo; desde el mismo parto, madre e hijo corren el riesgo de morir o sufrir complicaciones de salud. Con la ciencia, en tanto actividad humana, sucede algo similar. Los avances técnicos en materia biológica pueden implicar riesgos para la diversidad de seres vivos de cada país; para prever, reducir y mitigar esos posibles daños se ha desarrollado, recientemente, una nueva disciplina científica: la bioseguridad.

La biotecnología no entraña solamente riesgos; también aporta amplios beneficios a la humanidad, tales como las vacunas y muchos otros avances científicos que nos permiten una mayor calidad de vida. Sin embargo, modificar los genes de un ser vivo debe ser una actividad rigurosamente regulada y controlada, y solamente debería desarrollarse si se supedita al bien común, y si existen estudios y garantías suficientes de que no generará riesgos a personas, animales y plantas.

Los seres vivos que han sufrido alteraciones en sus genes se conocen como organismos genéticamente modificados -OGM-, u organismos transgénicos, y han generado una polémica mundial.

La mayoría de OGM son plantas alimenticias, producidas por empresas con afán de lucro, de las cuales ya depende buena parte de la nutrición humana. Actualmente se cultiva, comercializa y consume maíz, trigo, soya y arroz transgénicos, y no existe ninguna evidencia científica que demuestre que sean más nutritivos o productivos que los convencionales.

Estos granos pueden implicar riesgos tanto para los consumidores como para la diversidad biológica de cada país, pues, si son sembrados, podrían contaminar los genes de especies nativas, tal como sucedió con las plantaciones de maíz de 15 comunidades indígenas del Estado de Oaxaca, México. Este fenómeno podría implicar la pérdida de nuestras semillas nativas, tener que pagar regalías a las empresas, y depender de ellas para nuestra alimentación.

Además, empresas como Monsanto/Aventis producen maíz con insecticida incorporado, aduciendo que su cultivo es más económico porque no hay que fumigarlo. Sin embargo, el ahorro en agrotóxicos podría tener grandes costos para la diversidad biológica, pues muchos insectos y pájaros se alimentan de maíz; la ruptura de las cadenas biológicas puede provocar el crecimiento desmedido de nuevas plagas, que requerirán ser investigadas y fumigadas, lo que implicaría hambrunas y grandes pérdidas económicas.

Los anteriores ejemplos evidencian la necesidad de normar la generación, producción y comercialización de OGM, para garantizar nuestra seguridad biológica. La bioseguridad se compone de elementos legales, científicos, técnicos, institucionales, administrativos, políticos, económicos, sociales y culturales.

En Guatemala carecemos de un marco regulatorio en materia de bioseguridad, por lo que hay que emitir las normas necesarias, constituir las instituciones y procedimientos regulatorios, y desarrollar las capacidades científicas y técnicas para aplicar los mecanismos de control y salvaguarda. Todo ello con un amplio proceso de consulta y participación ciudadana, especialmente de los pueblos indígenas, quienes han sido, históricamente, los custodios de nuestra biodiversidad.

Un primer paso sería integrar un Comité Nacional de Bioseguridad, en el que estén representados todos los sectores interesados, y que tenga por prioridad la defensa de nuestra diversidad biológica, supeditando el interés particular al nacional. Además, dicho Comité deberá promover que Guatemala suscriba instrumentos legales internacionales que, como el Protocolo de Cartagena, se han establecido para enfrentar las amenazas biológicas.

Es probable que este tema le parezca algo complejo y ajeno a su realidad, pero se equivoca. Casi todo el huevo, el pollo y la leche que Ud. consume proviene de animales alimentados con maíz transgénico. Los poporopos que se come en el cine o el cereal con el que desayuna son, por lo general, alimentos transgénicos. Casi todos los suplementos alimenticios para niños contienen lecitina de soya transgénica, y no lo especifican en la etiqueta.

¿Ya se dio cuenta de que los transgénicos han invadido su vida sin que nadie se lo advierta? Por ello lo invito a apoyar la constitución de un marco regulatorio efectivo, que norme la importación, producción, manipulación y comercialización de OGMs. Mañana será tarde.

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