PLUMA INVITADA
Cárceles para perfeccionar el mal deben terminar
Las cárceles deben ser convertidas en centros de formación deportiva, de productividad para el autoconsumo y para descubrir talentos en arte y cultura.
El Sistema Penitenciario, el Ministerio de Gobernación y los responsables de atender la demanda de privados de libertad han encontrado el antídoto para curar este mal que ha costado millones de quetzales.
Estos ambientes están salpicados de maldad. En ellos se encuentran cerebros de seres hechos por Dios a su semejanza pero que no han tomado el camino correcto. Ahora se tiene la tarea de reorientarlos y hacer perfectible su existencia en beneficio de la sociedad.
Se debe hacer uso de la creatividad para curar esta enfermedad social que nos agobia. Desde los grupos antisociales que no tuvieron la oportunidad de ser orientados hasta los corruptos que se hicieron expertos en armar estructuras criminales para dejar en la pobreza al pueblo.
Se debe cambiar la tradicional cárcel, que ocasiona gastos por suministrar alimentación, hospedaje y servicios gratis a un número significativo de personas que no han respetado las normas de convivencia social.
Es paradójico que se tenga que mantener a miles de hombres y mujeres sin ningún beneficio mientras miles de niños carecen de refacción escolar, útiles escolares, textos y servicios básicos. Pareciera que se pretende seguir con este círculo vicioso.
Se deben reinventar estos reclusorios y convertirlos en centros de formación deportiva, de productividad para el autoconsumo, de arte y cultura. Entre los miles de reos seguro hay talentos, como lo han demostrado para la maldad.
Estos centros deben funcionar en todo el país, y producir en ellos hortalizas, criar animales de consumo alimenticio y elaborar artesanías. La venta de estos productos serviría para el pago de agua, luz y vivienda, para que los privados comprendan que su estadía allí tiene un costo. Se debe seguir la filosofía de Og Mandino, cuando indica que la personalidad humana cambia los hábitos perversos cuando se practican buenos hábitos.
Un grupo de psicólogos, estudiosos de la personalidad humana, educadores, religiosos y estrategas de seguridad deben buscar la forma de convertir esa masa humana en seres pensantes y productivos, por medio de actividades desde que el astro rey aparece hasta el ocaso, para que esa energía sea revertida en la verdadera creación de Cristo.
No se puede seguir con cárceles saturadas y colapsadas, hacinamiento de la maldad. Ojalá surja una iniciativa legal para recrear un sistema que resuelva el problema y que a los privados se les exija pero al mismo tiempo se les dé la orientación que no recibieron en su momento, por lo que cayeron en tan indeseable conducta.