A la China
esta anomalía no debe afectar beneficios propios. En ese sentido se explica que el Gobierno de El Salvador, a pesar de estar encabezado por el FMLN, no regularice la representación diplomática china, ya que sufriría algún menoscabo material.
Desde Kant se acepta que un país mantiene relaciones internacionales basadas en el interés nacional. No deben existir países policías que establezcan internacionalmente un orden particular. Ni mucho menos lanzar guerras por principios religiosos, filosóficos, jurídicos o económicos contra supuestos transgresores. Estas ideas integran la diplomacia.
En cambio, la falta de profesionalismo en la cancillería guatemalteca la lleva a cometer errores que menoscaban al país. En el reciente caso de los cheques de Taiwán entregados al expresidente Portillo, se ha obrado con torpeza y carencia absoluta de conocimiento diplomático.
Entre su gira por Europa y cuando se proponía una nueva en EE. UU., Luis Fernando Carrera Castro, ministro de Relaciones Exteriores, hizo declaraciones improvisadas y generó un conflicto con los representantes taiwaneses.
Desde el punto de vista de quienes expidieron los cheques depositados en bancos norteamericanos, no existe problema, pues ellos asistieron a sendas inauguraciones de bibliotecas para la Paz por parte del Gobierno de Guatemala, se coordinaron con un responsable nacional, hubo compras de libros y estanterías, así como otros enseres. En virtud de que los funcionarios taiwaneses no son la Contraloría de Cuentas no les importa si hubo doblete o triplete, les basta con haber observado el resultado a que se comprometió el entonces presidente.
El canciller no consideró los intereses del país y ofendió a los diplomáticos al rechazar los fondos anuales de un millón de dólares obsequiados vía su oficina con ingreso institucional auditado por la Contraloría. Fue grosero, al obligarlos a rendir declaración por escrito de su relación con el expresidente, bajo requerimiento público, con la amplificación de la prensa, sin corbata y hablando con estilo atragantado. Es cualquier cosa, menos un diplomático.
¿Qué viene ahora? Demoler el edificio de Relaciones Exteriores edificado con fondos taiwaneses. Levantar el cemento de la carretera al Atlántico, pagado por los mismos. Rechazar la donación de arroz taiwanés de este año. Causa menos daño al país que continúe con el cobro de viáticos y que: siga gira que te gira. Por algo es: una perinola narcopropagandista.
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