TIEMPO Y DESTINO
Cicig acorrala al presidente
SIN HABER VENCIDO militarmente al movimiento guerrillero guatemalteco —ni los guerrilleros al Ejército— oficiales superiores, incluidos en la comisión oficial, se vieron obligados a participar en las negociaciones destinadas a poner fin al conflicto armado interno y a firmar los acuerdos preliminares que culminaron con los de una paz firme y duradera, en 1996. Durante la imponente ceremonia, con asistencia de diplomáticos extranjeros, funcionarios internacionales y numerosas personalidades especialmente invitadas, los jefes militares se sentaron al lado de los comandantes revolucionarios que durante 36 años habían combatido contra el Ejército y sus colaboradores civiles.
La guerra terminó, pues, sin que militarmente hubiese vencedores ni vencidos. Sin embargo, políticamente se produjo un resultado distinto. El Ejército de Guatemala fue el gran perdedor. Así lo ha juzgado posteriormente la Historia. Fue sacado del poder político. Algunos militares iniciaron estudios universitarios y se graduaron; otros pasaron a situación de retiro. Entre estos últimos figuró el entonces coronel Otto Pérez Molina quien se había contado entre los oficiales de alto rango que negociaron con los comandantes guerrilleros. Sus biógrafos lo sitúan entre los más brillantes militares de los últimos tiempos y es considerado por sus compañeros de armas algo así como un héroe militar. Pero, tanto a nivel nacional, como internacional, los militares guatemaltecos quedaron señalados y descalificados. Sobre ellos comenzó a pesar la acusación de haber cometido actos de genocidio. Varios han sido sometidos a procesos penales. Unos han sido absueltos y otros condenados a prisión. Hay, sin embargo, militares que por razones diversas escapan a esa descalificación política.
Los militares han gobernado al país casi sin interrupción. He aquí algunos nombres, no todos: general José María Orellana (1921-1926); general Lázaro Chacón (1926-1930); general Manuel María Orellana (1930) general Jorge Ubico Castañeda (1931-1944); general Federico Ponce Vaides (1944); coronel Francisco Javier Arana, miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno (1944); coronel Jacobo Árbenz, miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno (1944); coronel Jacobo Árbenz (1951-1954); coronel Carlos Enrique Díaz de León (1954); coronel Élfego Hernán Monzón Aguirre (1954) primera junta militar, después del derrocamiento de Árbenz (1954); segunda junta militar (1954); tercera junta militar (1954); coronel Carlos Castillo Armas, quien sustituyó a la tercera junta militar (1954); coronel Carlos Castillo Armas (1954-1957); junta militar (1957); coronel Guillermo Flores Avendaño (1957-1958); general Miguel Ydígoras Fuentes (1958-1963); coronel Enrique Peralta Azurdia (1963-1966); general Kjell Eugenio Laugerud García (1974-1978); general Fernando Romeo Lucas García (1978-1982); Junta Militar, general Efraín Ríos Montt y los coroneles Horacio Maldonado Shaad y Francisco Luis Gordillo (1982); general Efraín Ríos Montt (1982-1983); general Óscar Humberto Mejía Víctores (1983-1986); y el general Otto Pérez Molina (2011 a la fecha).
Cuando en 2011 Pérez Molina ganó la elección presidencial, en todas partes donde había grupos militares hubo grandes festejos. Los militares estaban de nuevo al timón del país y el poder civil pasaba otra vez al predio de los sirvientes. Numerosos militares fueron nombrados en los más importantes cargos de la Administración pública. Y algunos de ellos se hundieron en las actividades ilegales. Juan Carlos Rojas, por ejemplo, el misterioso secretario privado de la vicepresidenta Roxana Baldetti, es también militar.
¡Y véase lo ocurrido! El retorno militar al poder civil ha resultado una nueva tragedia para Guatemala, por todo lo que han descubierto la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público, más lo que les falta por descubrir.
¡Y pensar que entre los candidatos a presidente de la República, que participarán en las elecciones del 6 de septiembre próximo, puntea más o menos bien el candidato de los militares!