CATALEJO
Cobardía extrema
LA COBARDÍA ES UNA DE LAS peores lacras humanas. No equivale a la de no liarse a golpes, porque esto puede ser muestra de madurez. Me refiero a la actitud de no enfrentar situaciones con decisión y entereza o a actuar tras el anonimato. Las redes sociales, desafortunadamente, pueden convertirse en una fuente de este tipo de acciones. Y se manifiesta entre quienes reaccionan contra las publicaciones de prensa, noticias o comentarios, incluyendo a los periodistas, convertidos en víctimas junto con sus seres queridos, indefensos. El periodista Juan Luis Font acaba de ser el blanco de una de estas diatribas. Le presento por este medio mi solidaridad.
EL TEXTO HACE ACUSACIONES contra la revista Contrapoder, dirigida por el difamado, las cuales, por el anonimato, también pierden validez. Pero el anónimo autor tiene la evidente intención de atacar la reputación personal del periodista, y no lo firma porque saldrían intenciones inconfesables. De esto se debe advertir a quienes se informan por medio de las redes sociales. La credibilidad y responsabilidad de la prensa, radio y televisión, así como algunos medios electrónicos, implica firmas y rostros reales en las noticias y comentarios. Los autores existen, aunque muchas veces no compartamos sus criterios. Tienen a su favor la identidad fácilmente comprobable.
POR CONTRASTE, LAS REDES sociales abren el espacio para ataques arteros y sin miramiento. Vale preguntarse quién está detrás de los ataques contra los periodistas, y exigir a las autoridades investigar estos hechos. Pueden ser artimaña para desviar la atención de hechos mucho más graves y generar distractores; una venganza ordenada o efectuada por quien afecta la tarea periodística. Vale la pena alertar a la ciudadanía de este nuevo tipo de ataques electrónicos casi imposibles de identificar plenamente, contra la libertad de expresión, de pensamiento, información o crítica, y sobre todo gracias a la peor cobardía.