CATALEJO

A las puertas de los 70 años de periodismo

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Este viernes se cumplen 70 años del nacimiento de Prensa Libre, y es justo homenajear a todos los hombres y mujeres participantes en ese largo lapso en la tarea diaria de cumplir con los ideales de un periodismo independiente, honrado y digno, practicados por sus fundadores, a cuyo esfuerzo, entusiasmo y patriotismo se debe haberlo convertido en el medio con mayor credibilidad del país. Aún rigen sus bases filosóficas y periodísticas. Ellas son la equidistancia con el gobierno y los partidos políticos, la ausencia de compromisos con sector alguno, ya sea político, social y económico, y actuar por encima de componendas o conveniencias de grupos, para poder ser portavoz legítimo de la opinión pública, en aras del interés por Guatemala y el destino de los guatemaltecos.

La actitud periodística frente al gobierno, dice el primer editorial, no debe ser de oposición sistemática sino de señalar errores, arbitrariedades y malos manejos de la cosa pública, porque prostituyen y atrasan al Estado con mangoneos y despilfarro. Estas palabras aluden a la corrupción, existente hace 70 años, pero sin alcanzar el desbordante, generalizado y vergonzoso exceso actual. Debe, además, rechazar los extremismos tanto de la izquierda como de la derecha, ambos negativos, por no admitir criterios distintos y tratar de tapar el sol con un dedo. Quienes hacen del engaño un arte y de la incapacidad una virtud son enemigos de la libertad de prensa y proclives a silenciarla con leyes mordaza o con matonismo, para poder manejarse a su antojo.

' Las bases filosóficas y periodísticas de los fundadores se mantienen incólumes y se afianzan conforme pasan los años y cambian los tiempos.

Mario Antonio Sandoval

Son palabras proféticas. Nunca como ahora Guatemala está urgida de un periodismo, en cualquiera de las formas de difusión actuales, independiente del gobierno, políticos, grupos de presión de todo tipo y fundamentalismos politiqueros, religiosos, económicos y demás. Al ver hacia atrás los 55 años de la tarea periodística propia y la de quienes la han compartido conmigo en ese largo y peligroso camino, puedo observarla como producto del mejor esfuerzo, lo cual sin duda no excluye errores, porque los periodistas son seres humanos y su tarea, la más importante de las relacionadas con la vida de un periódico, es criticada a veces con razón y otras con mala intención. Puede haber también ilegalidades, y para juzgarlas está la ley constitucional de Emisión del Pensamiento.

El futuro es impredecible, al depender de factores externos e internos, estos últimos culpables en mucho de la actual situación del país. Debe verse con una mezcla de preocupación y de esperanza porque la ciudadanía comprenda el papel del periodismo en esta época de deshumanización causada, entre otras razones, por el avance tecnológico. Pero la importancia del periodismo escrito está garantizada por ser la única forma posible para las actuales y futuras generaciones de tener en sus manos copias de un trabajo efímero pero fundamental, al ser materia prima de los historiadores, documentos históricos inmediatos, escritos de prisa. Pero la labor periodística es la más importante y debe confrontar peligros de todo tipo, incluso el asesinato. Es innecesario insistir en esto.

También es buen momento para agradecer el aporte de decenas de comentaristas en las páginas editoriales, abiertas a posiciones diversas y hasta contrarias. Entre los logros periodísticos puedo mencionar haber sido el primer diario guatemalteco en imprimir a todo color, transmitir fotos vía electrónica, tener una edición departamental, publicar con exclusividad la entrega del premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú y la muerte del papa Juan Pablo I, esta última a nivel centroamericano. El agradable fruto de la credibilidad compensa desvelos y riesgos, incomprensiones y mala voluntad de muchos, pero también la aceptación de un número mayor de personas. Es natural en esta incomprendida profesión y deben aceptarlo quienes abrazan el periodismo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.