POR LA LIBERTAD

¡Abramos ya!

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Cerrar drásticamente nuestra economía fue más un acto político por miedo que por evidencia. El Congreso de la República acaba de aprobar otra prórroga más del estado de Calamidad. Debieron negarla, porque le da poderes extraordinarios al Ejecutivo y les quita derechos y las libertades a los ciudadanos. Además, no hay justificación científica para ello, pero tienen miedo.

' El daño ya está hecho. Muchas empresas ya han quebrado por falta de flujo de caja. ¡Abramos ya!

Ramón Parellada C.

Cada día que pasa tenemos más información que confirma que el haber cerrado totalmente al país y poner tantas restricciones a sus actividades económicas no causa una diferencia con los que no cerraron tanto sus economías en cuanto a las muertes causadas por el covid-19, pero sí en la destrucción de sus economías. Un nuevo estudio elaborado por Helmuth Chávez, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín, estima “una caída en ventas de las empresas en Guatemala de US$30 miles de millones en el 2020 respecto del 2019, una disminución de los flujos en US$4.72 miles de millones y una disminución del valor en un monto equivalente a US$38.84 miles de millones”.

El daño ya está hecho. Muchas empresas ya han quebrado por falta de flujo de caja. ¡Abramos ya! La decisión fue más política que científica, ya que por precaución, sin tener suficiente evidencia, se tomó una decisión que afectó la vida de todos los guatemaltecos, destruyendo sus riquezas y, en algunos casos, sus vidas. A la vez, por concentrarse en esta nueva enfermedad se descuidó la atención al resto de problemas y enfermedades que sufren los guatemaltecos, empezando por la desnutrición de una buena parte de la población.

En una reciente entrevista que le hizo Sky News Australia al presidente del Copenhagen Consensus, Bjorn Lomborg, él comentó que “el costo significativo del cierre de línea dura de las economías mundiales puede hacer más daño general que bien. Las naciones en desarrollo (pobres) tienden a tener poblaciones más jóvenes y obtienen “menos beneficios generales” al aplanar la curva a través de medidas de cierre económico. En estas naciones del tercer mundo, la “capacidad limitada” del sistema médico significaba que los hospitales estarían “abrumados”, independientemente de la cantidad de infecciones”.

En The Spectator salió una noticia la semana pasada en la que la directora noruega de Salud Pública, Camilla Stoltenberg, se cuestiona si el cierre de la economía era necesario, luego de ver que “el virus nunca se propagó tan rápido como se temía y ya estaba saliendo cuando se ordenó el bloqueo. La base académica no fue lo suficientemente buena para el cierre esta vez”.

En cuanto al regreso de las actividades prohibidas por el cierre decretado por el Gobierno, es importante hacerlo cuanto antes. Estamos claros en que hay que hacerlo con todas las precauciones del caso, para no contagiarse ni contagiar a los demás. Todas las medidas de prevención son buenas, pero no el cierre. Los colegios y universidades deben abrir de inmediato. Ya lo decía el rector de la Universidad de Purdue, Mitch Daniels, la semana pasada, no pueden seguir perdiendo clases. Es muy costoso para ellos y para la sociedad y, además, el riesgo de muerte de alguien menor de 25 años por este virus es casi 0% (Centros de Control de la Enfermedad).

Debemos retornar a todas nuestras actividades cuanto antes, con las medidas prudentes de uso de mascarillas, distanciamiento, etc… pero volver ya. Es importante recobrar nuestras libertades y derechos, y actuar responsablemente, sin necesidad de otorgarle poderes absolutos a nuestros gobernantes, sin necesidad de que destruyan nuestra economía y la vida de muchos ciudadanos.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).