POR LA LIBERTAD

Aeropuerto Internacional La Aurora

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Guatemala es un país que atrae a los turistas por sus bellezas naturales, su cultura y su gente, pero los aleja por la inseguridad y servicios deficientes en infraestructura. Una de estas es el Aeropuerto Internacional La Aurora, el primer punto de entrada para los turistas que vienen en avión y la primera impresión que tienen de Guatemala. Lamentablemente, el aeropuerto está deficiente en muchos aspectos.

' ¿Estaremos conscientes del daño que causaría al país una descertificación del aeropuerto internacional?

Ramón Parellada Cuadrado

Hace dos días, José Pablo del Águila publicó una investigación del aeropuerto en este medio, titulada: Solo el 1.4 por ciento el presupuesto de la DGAC se destina a servicios de mantenimiento aeroportuaria. El artículo explica muy bien los problemas actuales del aeropuerto y la falta de mantenimiento preventivo.

Hace poco regresé de un viaje y los baños huelen mal, no hay suficientes sillas para los pasajeros en las salas de estar, no funcionan todas las puertas de salida (de 17 parece que solo funciona la mitad), las bandas transportadoras de equipaje no funcionan regularmente. Las maletas se caen en el área de la pista, por la curvatura de la banda y la forma en que la colocan los operarios. ¿Quién les supervisa? Hay que esperar un buen rato a que algún operario del área de la pista la vuelva a subir a la banda. Las indicaciones del número de banda no coinciden con las que están publicadas o las que te indica la aerolínea. Algunas escaleras eléctricas no funcionan.

Hace algún tiempo recuerdo que el aeropuerto tenía unas grandes goteras. Al salir por aduanas te hacen perder tiempo y se forma una cola enorme porque solo tienen una máquina de Rayos X para revisar tus maletas. Es ridículo que esto se sume a todas las deficiencias del aeropuerto, aunque esto corresponde a Aduanas. En días pasados, el aeropuerto se quedó sin energía eléctrica por varias horas, debido a que las plantas eléctricas no entraron a funcionar. Debieron arrancar automáticamente y entrar de inmediato sin nadie que las activara, con un interruptor automático y no manual. La salida es un caos, te dejan una sola puerta para salir en vez de tener varias automáticas. En el pasado, los aires acondicionados no funcionaban hasta que se publicó el tema.

Recuerdo que hace unos años los operadores de líneas aéreas se quejaban de la pista y su falta de mantenimiento, a tal punto que temían que se perdiera la certificación de aeropuerto internacional. Hay muchas cosas que no funcionan como deberían funcionar. ¿Qué pasa si llega a ocurrir un accidente? ¿Están los bomberos preparados para ello? ¿Y si el accidente es por falta de mantenimiento de las autoridades del aeropuerto? ¿Será negligencia? Todo lo que hacen las autoridades es reactivo y no preventivo. ¿Estaremos conscientes del daño que causaría al país una descertificación del aeropuerto internacional?

El problema no radica en todo lo mencionado anteriormente. Esto es el diagnóstico y las consecuencias de escoger políticamente a quienes dirigen y administran el aeropuerto. Cada cuatro años se cambia a la persona que lo dirige, pero por razones políticas y no técnicas o de capacidad. Pero aun así considero que el Gobierno no debería operar un aeropuerto. Todo lo que hace el Gobierno es ineficiente y burocrático, además de que genera incentivos para corrupción. El aeropuerto estaría mejor administrado por quienes más lo utilizan, las aerolíneas aéreas o un grupo de personas expertas, con capacidad técnica, que inviertan en él y lo administren sin injerencia política de ninguna clase. Un piloto aviador me dijo hace poco: “Cuando la política se mete en aviación, los aviones se caen”. No esperemos a que esto pase.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).