POR LA LIBERTAD

Agua: a unos les falta y a otros les sobra

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Guatemala es el eterno país de la primavera, pero también del exceso y falta de agua al mismo tiempo.  Por ser un país tropical, estamos sujetos a lluvias torrenciales que a veces duran varios días y causan desbordamientos de ríos y daños a viviendas, fincas e infraestructura.  Por el otro lado, con tanta agua que tiene este país parece mentira que existan zonas en la ciudad que carecen de la misma.  Dos temas relacionados que podrían solucionarse fácilmente si no existiera tanta restricción ni control por parte del gobierno y le diéramos cabida más a la iniciativa privada.

' El manejo del agua de lluvia es mediocre de parte de todas las autoridades gubernamentales y municipales del país.

Ramón Parellada

En el caso de la falta de agua potable, las regulaciones han impedido que ciertas zonas de la ciudad puedan tener agua entubada barata.  Estas zonas tienen que comprar el agua más cara, en cubetas, toneles y cisternas, día a día, haciendo que las personas sufran un innecesario calvario.  Nuestro país tiene mucha agua en casi todo el país.   Es cuestión de permitir que privadamente se puedan crear enormes embalses, acueductos, plantas de tratamiento y redes de tuberías para la distribución en los hogares en todas estas zonas.  Si se deja que alguna megaempresa pueda invertir en ello, garantizando
su negocio, su propiedad y su inversión, el agua sobraría y todos tendrían   abundante y barata en sus hogares.  Son soluciones que no pelean con el medio ambiente porque hoy en día pueden manejarse los embalses adecuadamente, dejando pasar cierta cantidad de agua río abajo y acumularla en la época lluviosa.  Serían inversiones millonarias que no las tiene ni debe hacer el gobierno.  Solo se debe garantizar que estas empresas puedan invertir sin temor a la idea populista y nefasta de que el gobierno debe manejar este recurso y darlo gratis a la gente.
Por el contrario, el exceso de agua en época lluviosa destruye la infraestructura en el país. Tenemos una deficiencia en cuanto al manejo del agua de lluvias por parte de quienes construyen carreteras, edificios, casas y de parte de quienes han planificado los colectores de la ciudad.  Esa mediocridad en el manejo de aguas de lluvia hace que los diseños sean insuficientes para los excesos de agua.  Colapsa todo porque los puentes, túneles, alcantarillados, colectores, drenajes, etc… no se dan abasto en esos casos.   Recuerdo que hace años vivía en un condominio donde el agua de la carretera se entraba e inundaba algunos apartamentos.  Luego de que se arregló este problema, el agua salía por los drenajes cuando llovía demasiado, inundando de nuevo los apartamentos.  Hoy en día, en ciertas zonas de la ciudad, cuando llueve fuerte, los colectores de agua se saturan y el agua sale por las tuberías de drenaje dentro de algunas casas, inundándolas.  La Municipalidad ha sido inútil en resolver este tema.  Se construyen edificios pero no se ensancha o amplía la red de colectores.   El manejo del agua de lluvia es mediocre de parte de todas las autoridades gubernamentales y municipales del país.  Inundaciones en casas, calles y avenidas importantes son comunes en la época de lluvia, especialmente en septiembre y octubre, que son los meses en que más llueve.  Destrucción de infraestructura por falta de mantenimiento y buen diseño como el ocurrido en el km 17.5, en Villanueva, o el hundimiento de la carretera a El Salvador, o, ahora, el desfogue del agua en la calzada La Paz.  No es corrupción, es negligencia e incapacidad.  Estas obras que causan un problema de tránsito impresionante están a cargo del gobierno o han sido autorizadas por las municipalidades y el gobierno.    Mientras ellos las manejen, estas seguirán deteriorándose y causando problemas en la población, problemas evitables.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).