CATALEJO

Al respecto del cambio en la rectoría de la Usac

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El cambio en la rectoría de la Universidad de San Carlos de Guatemala provoca consideraciones y análisis acerca de la realidad actual de esa casa de estudios, de cómo se puede prever el futuro inmediato y mediato de la educación superior en el país, y en las cinco docenas de instituciones donde tiene representación, voz y voto. Pero además en el tema poco tratado del manejo de los enormes fondos asignados, porque goza del 5% del presupuesto nacional. Este análisis comienza con admitir un hecho claro: no hubo elección, sino nombramiento. La explicación yace en el Diccionario de la Lengua Española, rector del idioma oficial del país y, por tanto, de la universidad estatal. No es la única forma de verlo, pero debe ser la inicial, por estar basada en el lenguaje.

' El nuevo rector de la Usac debe hacer un balance de los daños sufridos por las lamentables circunstancias de su escabrosa llegada.

Mario Antonio Sandoval

Elegir significa escoger, preferir a alguien. Preferir es dar preferencia por la ventaja o mayoría, y preferencia es una elección de alguien entre varios, ya sea por valor o por merecimiento. Por tanto, si solo hubo un aspirante y si solo a sus votantes les fue permitido participar, no hubo elección, aunque se quiera decir lo contrario. Otro factor necesario de tomar en cuenta es la presencia de las fuerzas antidisturbios en el lugar donde se realizaría la elección, en una manera cuya eficiencia despierta sospechas del interés del gobierno por obtener un resultado favorable a sus intereses. Por eso la rectoría de Walter Mazariegos nace manchada, aunque tampoco se pueden negar otras realidades no pasadas por alto por los guatemaltecos observadores del proceso.

La candidatura del procurador de los Derechos Humanos causó escozor en determinados sectores a causa de la manera parcializada de sus acciones en ese puesto, al cual, por cierto, no debió aceptar, por ser su familia víctima de la violación de estos. Las candidaturas de todos los aspirantes estuvieron manchadas por los gastos en fiestas inaceptables y caras para convencer al grupo privilegiado de sancarlistas con posibilidades de votar. Jordán Rodas tenía perdida la batalla de la opinión de dichos sectores y la presencia de encapuchados armados en actos del proceso electoral no le hizo favor alguno, porque la Usac, aunque ha tenido tendencia a la izquierda, estaba en riesgo de convertirse en una entidad activista sin rubor alguno y así acrecentar su desprestigio.

Sin duda, a partir de hoy comenzarán toda una serie de recursos legales, legalistas y güizachescos de quienes tienen campo de protesta a causa de los errores en la campaña del rector designado. Eso será todavía peor para el país, porque a causa de la miopía de quienes cooptan las instituciones rectoras de la justicia, como la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad, tales acciones serán rechazadas sistemáticamente. Con ello, los perdedores fracasarán en su intento, pero sí contribuirán al desprestigio de la Usac, independientemente de quién ocupe la rectoría, luego de un proceso llamado a pasar a la historia académica nacional como el más lamentable desde el inicio del derrumbe cuando llegaron los últimos cuatro rectores, dos de ellos capturados.

A Walter Mazariegos le toca hacer un inmediato, cuidadoso y realista recuento de daños causados por la andanada de ataques de la izquierda. Ya es rector, cierto, pero ahora necesita ganar la rectoría con acciones contrarias a las esperadas por quienes colaboraron a su favor. Puede hacerlo si desea dejar un buen nombre y si logra salir airoso de los enemigos internos creados durante el proceso electoral y su historial como decano de Humanidades por varios períodos. No podrá escapar a las consecuencias de cualquier promesa y pacto, porque ganó la batalla, pero ahora empieza una guerra de cuatro años. Su arma es tomar decisiones hacia lo interno de la Usac y también a la población del país. Quedó claro, eso sí: dicha esa rectoría ya no es académica, sino política.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.