CATALEJO

Biden, los emigrantes y el Triángulo Norte

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Muchos, complicados y diversos son los retos de Joe Biden, quien llega hoy a la presidencia. Entre los desafíos internos, tratar de reducir el porcentaje de republicanos para quienes Trump recibió suficientes votos para declararse ganador (75%) y el 85% de opuestos a descalificarlo (56% de todos los encuestados). Para el 68% del total y el 57% de los republicanos no seguirá siendo figura nacional, según encuestas luego del 6 de enero de PEW citadas por el New York Times. Hacia afuera, debe recuperar la confianza de los amigos y el respeto de los enemigos, abandonar el extremismo, y para eso los nombramientos para Usaid, por ejemplo, no deben recaer en gente relacionada con temas demasiado controversiales, como el aborto, independientemente de cualquier criterio no político.

' Los primeros cien días son cruciales en los gobiernos recién nacidos, porque marcarán la pauta.

Mario Antonio Sandoval

Pero hay otros temas fundamentales para los vecinos cercanos. Es el caso del Triángulo Norte, donde la presión a gobiernos lacayunos como el del Jimmy Morales y su gente es una de las razones de la actual crisis humanitaria causada por la emigración hondureña, a la vez exacerbada por la irresponsabilidad de mandar soldados a contener a porrazos a los centroamericanos. No se puede olvidar: ellos pasan por aquí desesperados por la violencia y el hambre en sus países, y por haber sido vilmente engañados por quienes les despertaron la esperanza de cambios porque habría un nuevo gobierno en EE. UU. A esto se agrega la terrible realidad de los contagiados de covid. Es un verdadero caleidoscopio del mal, y arreglar esto requiere de mucha humanidad.

Ya ayer mismo se informó de la decisión beneficiosa para los centroamericanos, de legalizar a once millones de inmigrantes en un lapso no mayor de tres años; ampliar la política de asilo y abrir centros para analizar las solicitudes, y detener el muro en la frontera con México. A ello se suma la eliminación de la política trumpista de separación de familias en la frontera. Esto afianza las esperanzas para eliminar la necesidad del intentar el peligroso y muchas veces mortal viaje. Estados Unidos desea utilizar su fuerza diplomática, pero al mismo tiempo necesita darse cuenta de que no es lo único. Puede comenzar en el campo económico y exigir la aplicación de la ley, ahora realizada conforme la voluntad de los grupos de presión de todo tipo. Por aparte, en la política partidista interna debe luchar contra las mentiras.

Los primeros cien días son cruciales en los gobiernos recién nacidos, porque en mucho marcarán la pauta. Los electores en todos los países esperan cambios casi inmediatos, pero estos solo se pueden relacionar con factores fundamentales y también simples. La exacerbación de las posturas extremas aún está muy clara, y por eso la tarea de reducirla es compartida por los sectores serenos y equidistantes de ambos partidos, donde también debe haber una depuración. Esto no debe hacerse para continuar haciendo lo mismo, sino para lograr cambios sobre todo relacionados con la realidad de los tiempos actuales, con sus áreas claras y oscuras, con sus riesgos evidentes o esperados cuando se analizan con entereza las variadas y complejas situaciones de este 2021.

La crisis de la democracia, como se le conoce en algunos países del primer mundo, también se evidencia en las noticias emanadas de estos, así como de la totalidad de los países latinoamericanos, gracias a procesos iniciados desde hace varios lustros. La ingenuidad política de los electores es similar en el mundo occidental, donde un factor común es el cansancio ciudadano ante las similitudes de políticos y advenedizos, como es el caso de nuestro continente. Para evitar revoluciones violentas o la llegada de nefastos populistas por la vía de los votos el reto es dificilísimo, y de ello no se escapa el país hasta ahora conocido como la democracia más antigua del mundo, donde el actual gobierno debió tomar posesión.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.