POR LA LIBERTAD

Carreteras privadas: una gran oportunidad

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No hay día que no leamos que las carreteras están llenas de baches, que se ha formado una nueva grieta en ciertos poblados o que se hizo un enorme agujero como el más reciente en Villa Nueva. Es verdad que llueve mucho en Guatemala, especialmente en septiembre y parte de octubre. Pero eso no es excusa para el pésimo mantenimiento que se les da a las carreteras e infraestructura del país, así como el inaceptable manejo del agua.

' Hay que volver a lo privado, lo público en construcción ha demostrado que es un fracaso total y lo seguirá siendo.

Ramón Parellada Cuadrado

¿Quién está a cargo de toda esta infraestructura? El gobierno, a través del Ministerio de Comunicaciones y las municipalidades del país. Lo que vemos, baches por todos lados, agujeros por colectores que socavaron, inundaciones en áreas donde no deberían ocurrir, puentes colapsados y, en general, carreteras mal construidas, accidentes y mucho más. Gran parte del problema está en los perversos incentivos que causan las obras públicas en nuestro país. La corrupción hace que las carreteras que deberían durar 20 o 30 años con su mantenimiento adecuado, con una buena ingeniería para evitar deslaves y que el agua fluya hacia lugares seguros, con sus drenajes bien hechos, con espacios para emergencias, aceras para peatones y bicicletas, y muchas cosas más, se empiecen a deteriorar desde el primer año luego de su construcción. Es una vergüenza.

Esto ha ido de mal en peor. En la capital o en algunos municipios hay zonas donde los colectores, que están colapsando por grietas, provocan agujeros colosales. Adicional a esto, la capacidad de los colectores quedó muy por debajo de la realidad, pues cada día es más frecuente ver grandes inundaciones en calles donde no ocurrían antes. Los trabajos en colectores no se ven, pero son importantísimos. Las consecuencias de un agujero por una grieta o por falta de mantenimiento de un colector ya han cobrado vidas humanas. Adicional al mal estado de las carreteras podemos ver la enorme congestión de estas. Cada día toma más tiempo moverse de un lado de la ciudad al otro o de un departamento a otro.

¿Qué nos dice esto? Pues que hay una enorme oportunidad de hacer carreteras privadas. Lo mismo que infraestructura totalmente privada. Quienes apuesten por hacer carreteras privadas para unir puntos o atravesar la ciudad en mucho menos tiempo que usando las vías publicas tendrán una gran demanda, debido a que la gente ahorrará tiempo y gastará menos combustibles y repuestos por usar una carretera en buen estado. Tendrán menos accidentes porque viajarán más seguros. En cuanto a la infraestructura que no se ve, como los colectores, es obvio que hay una incapacidad total en el manejo de estos y pienso que hay que contratar una buena empresa privada internacional experta en manejo de grandes caudales de agua. Con el perdón de los ingenieros en Guatemala, el manejo del agua deja mucho que desear. Debemos aprender de los que tienen más experiencias y luego pues ya nos quedamos con ese conocimiento, pero hasta ahora es un tema pendiente de superar.

Así que, manos a la obra, veo una gran oportunidad para que las inversiones privadas ayuden a mejorar nuestra infraestructura en general. La VAS es un ejemplo de ello. Poco a poco, a pesar de la lentitud en trámites y permisos, han ido construyendo una carretera que comunicará la salida de Villa Nueva con Villacanales, la zona 12 de Guatemala y la carretera a El Salvador. Qué interesante sería que ellos lograran hacer un circuito alrededor de la ciudad para que sea como un anillo periférico externo. Qué gran oportunidad. Hay que volver a lo privado, lo público en construcción ha demostrado que es un fracaso total y lo seguirá siendo.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).