POR LA LIBERTAD

Comentarios sobre el censo 2018

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Esta semana se dio a conocer el XII Censo Nacional de Población y VII de Vivienda (censo 2018) y los resultados sorprenden por las diferencias tan grandes entre lo que presenta el Registro Nacional de Personas (Renap). De acuerdo con el Censo 2018, la población en ese año era de 14.901,286 personas, de las cuales 48.5%, hombres y 51.5% son mujeres. Según el Renap, en ese año la población era de 19.658,562 habitantes y el 50.1% eran hombres mientras que el 49.9% mujeres.

En lo personal me dan desconfianza ambos datos, tanto los del censo 2018 como los del Renap. La diferencia en la población es de 4.757,276 habitantes. Esto es casi un 32% de diferencia entre ambos. Las explicaciones dadas por los expertos justifican las diferencias, debido al atraso en darle de baja a los DPI de las personas que han fallecido o por otras razones que desconozco en este momento. Igual sé que se han otorgados DPI anómalamente por lo que me da mucha desconfianza el dato del Renap. Tampoco tengo muy claro como están contabilizados los migrantes legales y los ilegales que han salido del país a buscar mejores oportunidades al país del norte. Pero esto puede ser otro factor de las diferencias tan marcadas.

También me da desconfianza el dato del censo 2018. Se manejaba la información que seríamos muchos más. Desde hace tiempo pensábamos que en Guatemala, geográficamente hablando, éramos alrededor de 17 millones. De hecho, la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (Enei) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el 2018 manejaba una cifra de 17 millones de habitantes.

Supongamos que el censo 2018 es correcto. Entonces podríamos sacar algunas conclusiones al compararlo con los censos anteriores. Según esto, el del 2002 sería incorrecto y fue de alguna manera manipulado, ya que las variaciones en crecimiento de población no se dan por brincos, sino como una tendencia suave. La tasa de crecimiento intercensal del 2002 era del 3.5% —la del censo 1981 era de 2.0% y la de 1994 fue de 2.4%— y la de 2018 fue de 1.8%. Al ver estos datos salta a la vista que en el 2002 hay algo que no cuadra. La tendencia va más acorde con la tasa que venía de censos anteriores a la actual de 1.8%. Esto porque la tasa de natalidad está disminuyendo. Y esto es acorde al número de miembros que viven en un hogar que también está disminuyendo con familias más pequeñas.

Interesante resulta ver que la pirámide de población se está ensanchando en las edades más jóvenes y que en este censo la cantidad de personas entre 15 y 64 años ha crecido en comparación con los extremos indicando que hay más gente en edad productiva que nunca en la historia del país. Si se dieran las condiciones de un verdadero estado de Derecho, con seguridad y justicia para todos y atracción de inversiones, el país podría aprovechar a duplicar rápidamente su crecimiento económico.

' A la luz de estos resultados me atrevo a decir que los indicadores per cápita van a cambiar en forma muy importante.

Ramón Parellada

No voy a entrar a analizar todos los datos de este censo en este artículo por falta de espacio, pero a la luz de estos resultados me atrevo a decir que los indicadores per cápita van a cambiar en forma muy importante. Si el producto interno bruto (PIB) se dividía antes entre 17 millones de habitantes, ahora hay que dividirlo entre 15 millones. Esto significa que el PIB per cápita de Guatemala es mayor al que estamos manejando actualmente. Lo mismo ocurre con otros indicadores como los ingresos per cápita. Los índices de pobreza disminuirán y los homicidios per cápita aumentarán, aunque eso no modificará la tendencia. ¿Estará dispuesto el INE a hacer los cambios que corresponde hacer según esta encuesta?

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).