NOTA BENE

¿Congreso nuevo, imagen nueva?

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Ayer tuvimos en nuestras manos las papeletas verdes y celestes, para elegir a los 160 diputados por el listado nacional y distrital. Llegamos a casi tres decenas de partidos políticos participantes, pues el método D’Hondt, utilizado para distribuir los puestos, tienden a fomentar el multipartidismo y beneficia a pequeñas minorías.

El cambio en las reglas del juego distinguió a esta elección de las anteriores. Las restricciones al transfuguismo fueron el cambio más notorio. Muchos de los diputados de la VIII legislatura no pudieron postularse a la reelección por ser tránsfugas. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) admitió la participación de unos políticos tránsfugas, pero no de otros. Varias organizaciones ciudadanas que monitorearon el proceso de inscripción de los candidatos, entre ellas Jóvenes por Guatemala y Movimiento Cívico Nacional, señalaron que 150 aspirantes tenían “tachas”, principalmente por haber sido contratistas del Estado o tránsfugas. La inmensa mayoría de los partidos políticos propusieron por lo menos un candidato cuestionado.

Los guatemaltecos electos al Congreso se percatarán muy pronto que pasan a formar parte de una institución con bajísimos índices de credibilidad entre la ciudadanía. Según la encuesta Latinobarómetro, en Guatemala únicamente el 17% de los encuestados tiene confianza en el Congreso. La severidad con que ahora se juzga el transfuguismo afectó la imagen de la asamblea.

También hicieron mella los escándalos de corrupción, sobre todo el caso de La Línea, que sacudieron al sistema político en vísperas de las elecciones anteriores, celebradas el 6 de septiembre del 2015. Días antes, el Congreso había retirado la inmunidad al presidente Otto Pérez Molina, implicado en actos de corrupción, y este fue encarcelado tras su renuncia. El Partido Patriota fue castigado en las urnas con la pérdida de 38 curules. Inicialmene, la bancada más grande fue la del partido Líder, con 45 curules, seguida de la UNE, con 27 diputados electos. Ya para abril del 2016, la composición partidista del Congreso había cambiado: se disolvieron las bancadas de los desaparecidos Líder y Patriota. El partido oficial, FCN-Nación, pasó de 11 a 37 diputados, y el Movimiento Reformador sumó 20 adeptos, entre otros desplazamientos.

La nueva legislatura tendrá que esforzarse por recuperar la confianza de sus representados. Por una parte, los políticos no podrán mudar de camiseta partidista porque ahora la curul pertenece, por así decirlo, al partido y no al diputado electo. Por otra parte, tendrán que abstenerse de forjar negocios con amiguetes, favorecer a desprestigiados contratistas del Estado, consentir a los empleados sindicalizados del congreso, utilizar la institución para enriquecer a sus allegados, y, en general, evitar otras acciones inmorales.

' La ciudadanía espera una gestión honorable y respetuosa de nuestras libertades personales.

Carroll Ríos de Rodríguez

Redacto este texto sin saber exactamente qué candidatos fueron favorecidos por los votantes. Espero que salgan electos bastantes diputados honorables y valientes. Espero que los novatos aprovechen los meses venideros para capacitarse antes de su juramentación. Espero que se preparen para proponer reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos de verdad, no cosméticas. Durante esta accidentada campaña, vivieron en carne propia los efectos de los chapuces aprobados en el 2016; ahora podrían realmente mejorar la transparencia y credibilidad del sistema democrático.

Ante todo, espero que los diputados sean respetuosos de la libertad socio-económica y política de los ciudadanos. Espero que rechacen de tajo toda propuesta y presión socialista, e impulsen, en lo que les toca, el desarrollo económico de Guatemala

ESCRITO POR:

Carroll Ríos de Rodríguez

Miembro del Consejo Directivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES). Presidente del Instituto Fe y Libertad (IFYL). Catedrática de la Universidad Francisco Marroquín (UFM).