CATALEJO

Contagio esperable tras remedo de debate

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Antes de comenzar, manifiesto mi deseo por la pronta recuperación del presidente Donald Trump, su esposa, Melania, y varios colaboradores, tanto de la Casa Blanca como de la campaña de la elección programada para dentro de 29 días. Fue una semana difícil para el mandatario, luego de protagonizar un remedo de debate el martes. El contagio es lamentable, pero en realidad no sorprendente. Era cuestión de tiempo porque él desde un principio le negó su importancia, decidió rechazar el uso de mascarilla y se rodeó de muchas personas por numerosos lugares de EE. UU. Ahora están abiertas muchas dudas sobre cómo terminará el proceso y cuáles pueden ser sus efectos en las elecciones del 3 de noviembre.

El sábado se contradijeron las informaciones médicas. La Casa Blanca hablaba de una recuperación satisfactoria, mientras el jefe de gabinete calificó poco después de preocupante la situación el primer día, y los dos siguientes, como “crítica”, en relación a su cuidado. No se pueden olvidar los factores de riesgo: sobrepeso, edad de 74 años, alguna condición cardíaca y la lógica tensión del cargo. Por estas causas, a mi juicio, en este día, lunes 5 de octubre, no se puede saber con certeza cómo se desarrollará el caso ni cuál será su desenlace, pero poca sorpresa causaría si ganara las elecciones pero por razones médicas no pudiera jurar su segundo período.

' No hubo tal debate Trump-Biden. Luego, el contagio del coronavirus al mandatario centró la atención mundial en su debilitada salud.

Mario Antonio Sandoval

Respecto de la confrontación con Biden, la opinión de los analistas locales está evidentemente dividida, según sus preferencias, y los partidos insisten en dar la victoria a su candidato, pero ningún analista parcializado quiso señalarlo como fue: un lamentable espectáculo. Han surgido nuevas teorías de conspiración, pero no tienen mucho sentido y ahora lo importante es analizar las órdenes constitucionales para actuar si ocurre una reelección. Existe la posibilidad de una victoria gracias a los colegios electorales, sistema legal pero ahora ya casi indefendible para una próxima elección, y sobre todo si se da el caso de un rechazo del resultado electoral. Estos días faltantes serán de mucha tensión.

García Rodas debe actuar

La absurda, muchas veces contraproducente o talvez hasta mortal intimidación de los funcionarios de cualquier nivel a los reporteros investigativos y a los columnistas denota incapacidad, ignorancia de la ley u órdenes de gobernantes con tendencias totalitarias y dictatoriales. Ha ocurrido casi siempre y los hombres de prensa experimentados lo han sufrido de una u otra forma. Pero puede ser el inicio de una actitud, primero, totalitaria y, luego, dictatorial para amedrentar a quien se enfrente a la siempre retorcida caricatura de verdad emanada de la mentalidad de quienes demuestran en sus puestos ser mediocres y para colmo quisquillosos e ignorantes.

En los últimos días han ocurrido casos preocupantes, cometidos por representantes poco importantes de la autoridad. Pueden ser el resultado de órdenes y también de “chaquetería”. Las víctimas son periodistas en proceso de formación y afianzando su experiencia. Sonny Figueroa fue detenido frente al Palacio Nacional, interrogado, golpeado y acusado de intentar sobornar a los agentes. Curiosamente, acababa de publicar un reportaje respecto de fiscalización del gobierno. A Luis Felipe Garrán, de Guatevisión, lo obligaron a identificarse, al detenerlo sin razón. Son similares a los de gobernantes como el fallecido Hugo Chávez, y otros similares.

El ministro de Gobernación, Oliverio García Rodas, está obligado a actuar para detener estos desmanes. Ha tenido relación con el periodismo, pues fue colaborador de Jorge Carpio, y luego recibió apoyo cuando gente del Frente Republicano Guatemalteco le tiró en la cara chile en polvo, por el cual pudo haber quedado ciego. También ha habido acciones legales intimidatorias: el todopoderoso Luis Miguel Martínez, mandamás de facto, quiere demandar a periodistas por ignorar la prohibición de hacerlo si se les critica o denuncia en su papel de funcionarios. Por todo eso, seguir amedrentando solo comprueba una tiranía surgiendo en el horizonte.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.