CATALEJO

Daño moral a la sociedad por ataques a la prensa

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Es innecesario, por obvio, burdo y conocido, hablar de la decisión del actual y dictadorzuelo gobierno de Giammattei y sus secuaces políticos y de muchos sectores para hacer todo lo posible, de manera ilegal, para silenciar las incómodas voces disidentes a sus desmanes. Ya es un hecho. Entonces la sociedad, representada en sus mejores instituciones, debe darse cuenta, abandonar el silencio cómplice, y sobre todo ver cómo darse cuenta de ser la siguiente en la lista. La prensa, sobre todo escrita, sufre rechazo por poseer dos elementos ausentes en el gobierno: la credibilidad y la presencia para siempre en la Historia, cuando terminen sus años de borrachera por creerse —y estar— superiores a la ley y se derrumben como ha ocurrido con todos los regímenes totalitarios.

' La defensa no debe solo provenir de sectores ideológicamente comprometidos, porque impiden la acción de quienes piensan distinto.

Mario Antonio Sandoval

La lucha contra esa libertad ciudadana de expresión está centrada en este momento contra elPeriódico y su presidente, Jose Rubén Zamora. Los miopes se alegran, e incluso contribuyen, por represalia contra publicaciones consideradas malintencionadas, mentirosas, corruptas. Como toda institución humana, la prensa no está exenta de cometer errores e incluso de desbalance informativo, pero son excepciones, no la regla. Su pensamiento oficial yace en los editoriales, y en cuanto a las opiniones de columnistas reflejan pensamientos individuales y por ello subjetivos de quienes escriben y al hacerlo se enfrentan a la cobardía de respuestas anónimas netcenteras. Al ser silenciada la prensa independiente, la sociedad se queda sin la última línea de defensa y por ello debe buscarse unión ciudadana ante un enemigo común.

Los políticos solo aceptan a la prensa independiente si coincide con los criterios oficiales. Ello siempre ha sido difícil, pero en los actuales momentos es imposible. Existe la megacorrupción, pero hoy en día la lepra corrupta se ha extendido a todos los niveles de la administración pública y las víctimas son ciudadanos de todos niveles. Sociales y económicos. El video de dos agentes de la Policía Municipal exigiéndoles dinero a dos lustradores de diez años es el más desgarrador ejemplo de los efectos de la corrupción de las alturas. Ambos sacaron de sus bolsas unos billetes doblados para dárselos a un agente, quien se los embolsa y sigue caminando. Los medios de comunicación no pueden callar ante esta asquerosa infamia, reflejo de la situación del país.

Las protestas en defensa de la libertad de expresión deben ser generalizadas. Si solo las hacen grupos ideológicamente comprometidos o desconocidos por la ciudadanía, tienen efecto contraproducente. Quienes apoyan puntos de vista ideológicos distintos, yerran al guardar un silencio cómplice. Ante la guerra ya declarada por el gobierno contra esa libertad, la de prensa y la expresión por medios periodísticos electrónicos, resulta suicida si no se constituye una unidad de criterios en medio de las diferencias, entre quienes los ejercen sin tener agendas ocultas de ninguna clase, como sí las tienen los infiltrados o autocalificados miembros de esa profesión tan diversa como lo es el ser humano.

ElPeriódico y Jose Rubén Zamora han mantenido por años una posición contestataria y por ello es un periodista polémico. Siento por él, como es el caso de todo colega, una mezcla de a veces admiración, a veces sorpresa y a veces crítica. Ignoro si está peleando una batalla ya de antemano perdida por la pésima calidad humana de quienes lo atacan. Es mi colega, como lo son y lo han sido casi todos sus compañeros periodistas a lo largo de este cuarto de siglo de la vida de esa institución periodística sumada a las demás del país, algunas desde hace muchas décadas. Levanto mi voz individual y me uno a quienes rechazan esa dictatorial decisión del gobierno. El lugar en la Historia de este diario y de su fundador ya está asegurado, pero todavía puede serle muy útil a Guatemala.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.