CATALEJO
Diferencias de poder entre Arévalo y Bukele
La reelección de Bukele obliga a hacer algunas comparaciones con Guatemala, para descubrir diferencias no siempre evidentes. Ambos países sufren de una superpoblación de partidos, de los cuales en El Salvador los únicos importantes son el oficialista Nuevas Ideas; el FMLN, abiertamente colocado en el lado de la guerrilla y ARENA, derecha definida, ambos derrotados abiertamente, con riesgo de desaparición, al sumar en conjunto menos del 15% de los votos. La población puede dividirse entre quienes abiertamente son partidarios de quien desde ya se perfila como un presidente vitalicio, y del lado opuesto están quienes lo rechazan de manera definida. No parece haber lugar para lugares intermedios y eso constituye un riesgo de polarización total.
' La principal tarea inicial de Arévalo es cumplir con sus promesas, aunque luego no obtuviera los votos en el Congreso.
Mario Antonio Sandoval
Una diferencia fundamental de ambos casos es la integración del Congreso salvadoreño: 58 de 60 diputados son oficialistas (97%) equivalente en Guatemala a una bancada oficial de 154 diputados. Ello obligó al binomio electo a realizar negociaciones con muchos representantes de los partidos integrantes del pasado congreso, cuyo papel en la Historia nacional será penoso y repudiable. No son odiosas comparaciones, sino cifras políticas cuyo primer ejemplo fue la defenestración de Samuel Pérez, cuya única acción consistió en imponerle la banda presidencial a Bernardo Arévalo, toda una hazaña para el ego personal de alguien de 32 años, pero de cortísima duración.
En Guatemala, creo, los ciudadanos están divididos en varios grupos, similares al caso salvadoreño en la poca importancia otorgada a las ideologías. Bukele tiene el beneficio de una larga carrera como alcalde y por eso ya era conocido. Arévalo era en realidad poco conocido y su nombre se afianzó en el electorado en parte por la despiadada campaña negra en su contra, a la larga contraproducente por la astucia de los electores de no creer todo lo expresado. Sin embargo, también fue un voto en contra de Sandra Torres, la insistente, por lo cual la diferencia entre ambos en las votaciones fue de 900 mil votos a favor del victorioso, sobre todo logrado entre los jóvenes y las áreas urbanas.
La primera vuelta, en cierto punto marcó las dificultades y obstáculos para el actual gobierno. La cantidad de votos logrados demostraron la fuerza de los pseudopartidos participantes, debida a la integración de las alcaldías y al financiamiento de los partidetes integrantes del rebaño comandado por Giammattei. Por eso Arévalo está obligado a actuar con astucia, siguiendo criterios de personajes participantes en la política nacional, con la meta de sugerirle qué hacer y cómo, pero en especial qué no hacer. El llamamiento a exfuncionarios de otros gobiernos y a personajes muy cercanos a su partido, ha sido una apuesta arriesgada porque una apuesta mejor era buscar unidad.
La imagen de fuerza puede darla la impetuosidad de la juventud, como Bukele, o la madurez intelectual, como Arévalo, quien ha sabido llevar su discurso con lenguaje sereno y de un nivel más conceptual, convertido esto en una dificultad para llegar a la población guatemalteca, por desgracia educada mayoritariamente en uno de los peores sistemas educativos del continente. Esto se puede arreglar, pero necesita práctica. La proximidad geográfica y el alto porcentaje de comercio de Guatemala a su país vecino en el istmo debe ser un impulso para mantener buenas relaciones personales entre ambos mandatarios. Mientras, la celeridad en la respuesta y el lenguaje directo son indispensables, sobre todo cuando tenga frente a sí a los integrantes de la prensa guatemalteca.