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Dos epidemias con Estrada Cabrera

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En el período presidencial de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), ocurrieron varias epidemias, algunas de ellas muy graves, al punto de que la última tuvo que ver con una pérdida de popularidad del mandatario, por mal manejo de la sanidad pública.

Estos acontecimientos se encuentran detallados en la Historia General de Guatemala, Tomo V, Época Contemporánea: 1898-1944, cuyo director general es Jorge Luján Muñoz, y director del tomo, J. Daniel Contreras R., publicado por la Asociación de Amigos del País y la Fundación para la Cultura y el Desarrollo, Guatemala, 1996, 674 pp. Dos investigaciones tratan sobre estos acontecimientos que se extractan seguidamente.

' A principios del siglo XX, el país se enfrentó a frecuentes epidemias de fiebre amarilla.

José Molina Calderón

Ramiro Rivera Álvarez, en el artículo Servicios de Salud y Asistencia Social (páginas 307-312), señala que en 1905 la fiebre amarilla tuvo varios brotes, el primero de ellos en Zacapa, Gualán, Puerto Barrios y Lívingston. Probablemente estos hechos influyeron en la emisión del Código Orgánico de Salud Pública y en el surgimiento del Consejo Supremo de Salubridad Pública.

Durante el combate de esa epidemia fallecieron varios médicos y practicantes. En 1918 apareció una nueva epidemia de fiebre amarilla en San Marcos, Quetzaltenango, Retalhuleu, Suchitepéquez y Escuintla. En 1920, la fiebre amarilla apareció en la zona norte del país y en La Democracia, Escuintla.
Esa epidemia, al igual que la que se analiza seguidamente, se combatió según los lineamientos del Consejo Supremo de Salubridad Pública.

Richard N. Adams, en el artículo La Epidemia de Influenza de 1918 y 1919, (páginas 313-338), indica que cuando se produjo la epidemia de influenza en Guatemala, en 1918, no se recordaba algo similar ni existía la estructura burocrática para tratar un desastre de tales dimensiones. En lo económico, la cosecha de café, que aún se estaba recogiendo, dependía de que no faltara la mano de obra. La salud y el bienestar de la población, por lo general, habían recibido poca atención del Estado y de los finqueros.
Los efectos de la epidemia fueron distintos a los desastres anteriores, tales como la erupción del volcán Santa María, en 1902, y el terremoto de 1917-1918, que golpeó, sobre todo, el área metropolitana y no representó una amenaza para la productividad económica del país. La epidemia de fiebre amarilla que asolaba el país en la misma época, señala el mismo autor, se manifestó principalmente en las tierras bajas, en donde había poca densidad demográfica. En el esfuerzo por erradicarla fue relevante el papel que jugó el entonces coronel Jorge Ubico, y causó relativamente pocas víctimas, sin llegar a ser una amenaza real a la economía.

Comenta el antropólogo Adams que el brote de influenza de 1918 fue una epidemia severa en todo el mundo. En Guatemala atacó por igual a indígenas y ladinos, a campesinos y citadinos, ricos y pobres, aunque no con la misma intensidad. La mortalidad varió según los grupos étnicos. A finales de 1918, los campos de refugiados aún se encontraban dispersos por la ciudad capital y poco se había hecho por proporcionar las viviendas necesarias.

Adams cita a otro autor, David McCreery, quien considera que la epidemia ingresó en Guatemala más o menos de forma simultánea desde México y desde El Caribe, a lo largo de la línea férrea de Puerto Barrios, que se implantó rápida y vigorosamente en el altiplano occidental desde San Marcos a Quetzaltenango, indicando que el virus viajó en los rieles, más que a pie.
En la pandemia que ya es mundial en 2020, el gobierno de Guatemala está adoptando medidas extraordinarias, sanitarias y económicas, para combatir los efectos del covid-19 (coronavirus).

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.