CATALEJO

EE. UU., territorio de matanzas irracionales

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Para referirnos a la espantosa matanza en la escuela primaria Robb, de Uvalde, Texas, es más ilustrativo solo plantear lo ocurrido, para permitir al público calificar la inexplicable acción protagonizada por el asesino Salvador Ramos, abatido por la Policía luego de perpetrarla, tras anunciar por redes sociales su intención de disparar a los alumnos de primaria y también contra su abuela. La excelente cobertura noticiosa del The New York Times y CNN me sirvió para obtener datos con los cuales se demuestra la maldad del desquiciado, a quien en su escuela le hacían “bullying” por su estrafalaria manera de vestirse. A continuación, algunos ejemplos claros de la realidad detrás del asesinato de 19 niños de primaria y dos maestros.

' Divulgar los nombres de los senadores que se oponen puede ayudar al control de armas en Estados Unidos.

Mario Antonio Sandoval

* De las víctimas, 90 por ciento eran hispanos y 81 por ciento de bajos recursos.

* Donald Trump será el orador principal de la convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) hoy en Houston. Asistirán, además, el senador Ted Cruz y el gobernador Gregg Abbot, republicanos extremistas. Dijeron lamentar la masacre, pero sin tomar acción alguna.

* El rifle automático AR15, usado por el despiadado asesino, es una versión similar al Galil israelita, usado por el Ejército guatemalteco cuando la guerrilla empleaba el arma soviética AK47. Ambos se venden sin limitación alguna en las armerías de EE. UU.

* Este año ha habido 213 hechos similares, 30 en escuelas.

* En EE. UU. hay 120 armas por cada 100 personas, el mayor promedio del mundo. Suman 393 millones. El 46 por ciento las tienen civiles y se venden 20 millones al año, o 55 mil diarias.

* Estados Unidos tiene el 4 por ciento de la población mundial y el 46 por ciento de las armas. El 70 por ciento de estas armas son compradas por menores de 20 años.

* Recuerdo en 1970, en una mínima población de Missisipi, haber visto un despliegue enorme de armas de guerra en venta. Al preguntar qué necesitaba para comprar, el dueño me dijo: “Dinero, por supuesto”.

* Se trata de una aberración de la libertad garantizada por la segunda enmienda constitucional para tener armas en casa.

* Muchos senadores, en especial republicanos, se han opuesto fehacientemente a cualquier control.

Al preguntarse cualquiera el porqué de esta actitud de republicanos y demócratas, no se puede evitar recordar las enormes aportaciones de la NRA a las campañas, ni el cabildeo constante basado en el miedo de los ciudadanos. La realidad es distinta: en los países donde hay serias limitaciones, el número y porcentaje de casos disminuye. La tenencia de armas en EE. UU. duplica al del segundo país en este tema. Es un caso único en el mundo, y ese libertinaje de adquisición coincide con las matanzas. Joe Biden dio un emotivo discurso el propio martes, pero no pasará de eso. El Senado entra en receso programado y ello sin duda se reflejará en una disminución de las indignadas reacciones, esta vez en número mayor. Nadie acepta como “bajas colaterales” a los niños y maestros.

La gravedad del asunto elimina criterios partidistas y ansias de reelección. Para convencer a los senadores que se oponen se pueden hacer públicos sus nombres y los récords de sus votaciones. Las leyes estadounidenses prohíben a menores de 18 años tener licencia de manejar, pero no poseer armas de guerra, diseñadas para acabar en segundos con muchas vidas. Regulan la velocidad en las carreteras y una larga serie de acciones mucho menos importantes. Se puede hacer lo mismo con las compras de armas y que sea ilegal portarlas. Es voluntad política y un mínimo respeto al derecho de niños y adultos de no ser asesinados cuando están en la escuela, en la iglesia, en un autobús o vayan caminando por la acera. Es simple: más armas, más crímenes.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.