DESARROLLO DE PAÍS

El desarrollo económico de América Latina

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La semana pasada leí un artículo del periodista peruano Aldo Mariátegui que inicia con la interrogante ¿Por qué Iberoamérica siempre estropea todo cuando ya está a punto de pasar a otra etapa de desarrollo y desanda lo tan trabajosamente andado?, y sigue con el caso de Chile, donde eligieron al activista izquierdista radical Gabriel Boric, luego con Venezuela, Argentina, Brasil, México, Cuba, Perú, Bolivia, Nicaragua, Honduras y la posibilidad del exguerrillero Petro asumiendo la presidencia de Colombia. Luego, leí un artículo de Alberto Mansueti titulado “Izquierdas y Derechas”, donde interroga ¿por qué las izquierdas son hegemónicas en América Latina?, y responde porque se hicieron con el poder mientras las derechas son todas demasiado ignorantes, incompetentes y por completo incapaces de ver el cuadro completo.

' ¿Por qué las izquierdas son hegemónicas en América Latina?

José Santiago Molina

El caso de Cuba es de todos sabido que es un país comunista con dictadura de partido político que lleva 62 años en el poder y que el pueblo no ha logrado terminar con esa dictadura. El caso de Venezuela es conocido por el acuerdo político-económico que el exdictador Fidel Castro hizo con el exdictador Hugo Chávez donde Cuba tuvo beneficios económicos y Venezuela la guía al comunismo con la figura del Socialismo del Siglo 21 que ha fracasado rotundamente. El caso de Venezuela hay que estudiarlo con mucho detenimiento, ya que desde que falleció Chávez el gobernante sustituto y su rosca han llegado a ser calificados por muchos como un manejo político que incluye al crimen organizado.

Los casos de Argentina, Brasil, México, Perú, Bolivia, Nicaragua y Honduras tienen sus propias aristas, pero quizá tienen en común el origen en el Foro de Sao Paulo en la mayoría de los casos, el poder del sistema de justicia, en algunos el dominio legislativo y la herramienta de conseguir la primera vez los votos son a través de discursos y ofertas populistas mintiendo a los votantes, llevando a las sociedades a polarizarse de tal manera que el caos tiende a privar. También es importante resaltar que en esos países el día a día de los empresarios de todo tamaño es lo que ha logrado que subsistan y que la ciudadanía logre tener esperanza.

En Guatemala se están dando efectos de lo que Moisés Naim llama las 3 P —post verdad, el populismo y la polarización—, misma situación en la que a Colombia los tiene al borde de elegir al exguerrillero Petro, aunque con un repunte del conservador Federico Gutiérrez en las últimas semanas. En Guatemala la post verdad es algo muy importante de analizar y de trabajar porque desafortunadamente desde la firma de la paz en 1996, pocos grupos se organizaron en distinta manera, pero con el propósito de llegar al poder. Para eso usan mecanismos como organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales y han encontrado maneras de financiarse ilícitas y también lícitas engañando a instituciones internacionales que ayudan a que tengamos un mejor país. El populismo no deja de ser una herramienta electoral donde desafortunadamente ya algunos candidatos de derecha lo usan con ofertas electoreras no posibles pero que conmueven a algunos. Pero quizá lo peor es la polarización que han logrado unos pocos usando herramientas tecnológicas modernas, como el mal uso de redes sociales y donde irresponsablemente debaten con agresión y con faltas de respeto.

Las cosas hay que decirlas como son y con sustento. Guatemala va a avanzar si quienes gobiernan a nivel nacional y a nivel local y aquellos servidores públicos, tanto en lo judicial y en el legislativo, lo hacen de acuerdo con sus mandatos y velan por el bien común. Hay suficiente marco jurídico para hacerlo y suficiente tamaño de gobierno para lograrlo. A los liderazgos les toca evitar el populismo y la polarización y llamar la causa común que es el desarrollo del país.

ESCRITO POR:

José Santiago Molina

Economista y MBA por la Universidad de Dallas en Texas, Estados Unidos. Director de empresas del giro agrícola, pecuario, industrial, comercial y financiero.