LIBERAL SIN NEO

El diálogo y las elites participativas

|

Una semana antes de su llamado de auxilio a la OEA, en su cuenta de Twitter, el presidente Giammattei anunció haber instruido al ministro de Finanzas a convocar a tanques de pensamiento y a diferentes sectores de la sociedad civil, “para que en conjunto podamos hacer un análisis que nos permita llegar a consensos respecto al presupuesto 2021”. Desaconsejo tener altas expectativas sobre el fruto de este diálogo; poner a los reclamantes a dialogar y producir recomendaciones en lo que sigo con mi agenda, es un truco muy viejo.

' Poner a los reclamantes a dialogar en lo que sigo con mi agenda es un truco muy viejo.

Fritz Thomas

Las organizaciones civiles juegan un papel fundamental en la sociedad y en la democracia en particular. Empero, ¿qué significa ser “representante de un sector” social? En la mayoría de casos, los llamados representantes de un sector se han auto nombrado. Tan solo la definición de “sector” social es, en sí, vaga. Escuchar a alguien atribuirse ser representante del sector mujeres o del sector indígena, por ejemplo, nunca falla en levantarme la ceja del escepticismo. El tema de sectores sociales ha cobrado mucha vigencia en las últimas décadas, con la proliferación del marxismo cultural, la ideología de identidad y la interseccionalidad. Al margen de estas, la gran mayoría de organizaciones civiles tienen propósitos y actividades valiosas para sus miembros y para la sociedad. Solo hay que tener cautela con su representatividad en el activismo político

El tema viene a colación porque “una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) ya está en Guatemala a petición del gobierno de Alejandro Giammattei luego de invocar la Carta Democrática Interamericana” (PL 20/11/2020). Creo, sin mayor peligro de equivocarme, que esto conducirá directamente a un gran ejercicio de “dialogo nacional” entre “representantes de sectores”. En una entrevista, Gina Romero, Directora de la Red latinoamericana y del Caribe por la Democracia, manifestó que “no puede ser un diálogo únicamente con lo que algunas personas expertas en participación llaman la élite participativa… el diálogo tiene que ser completamente plural y abierto”. Interpreto que hay que evitar que el diálogo sea secuestrado por la industria de la protesta profesional, pero me cuesta entender cómo puede ser completamente plural y abierto. Quizás puede entenderse que no debe quedar un “sector” o “representante” sin ser escuchado.

Potencialmente, esta es una invitación, abrir la puerta a una tormenta perfecta de confabulación entre burócratas y grupos de presión internacional y local, quienes tendrán oportunidad de recaudar fondos de sus donantes, con la causa de militar en la batalla para “salvar la democracia” en Guatemala y de paso, fortalecer los derechos humanos y atender los reclamos de los sectores marginales. Abrirá la puerta al arribo de toda una brigada de diplomáticos y expertos internacionales, viajando en primera y hospedándose en cinco estrellas, para “acompañar” el proceso. La Unión Europea, ONU, PNUD, BM, BID, FMI y una larga lista de acrónimos, enviarían “observadores”. No faltaría Alicia Bárcena y la Cepal con alguna agüita mágica y hasta el Tal Iván podría obtener “consultorías”. Considero ingenuo pensar que este proceso no sería secuestrado por “la élite participativa”; Helen, Rigoberta, Manfredo, PDH, Usac, Joviel y Cía. Ilimitada.

El presidente podría tomar las riendas de los problemas y ejercer el liderazgo para el cual fue electo. La OEA no va a resolver los problemas del país y no hará más que establecer una gran mesa en la que se sentarán actores a transar intereses. El diálogo es bueno, pero puede ser una inútil cortina de humo.

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

ARCHIVADO EN: