SI ME PERMITE

El juez escucha las diferencias de las partes

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“Cuatro características corresponden al juez: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”. Sócrates

En las normas de una convivencia armónica, las partes se entienden y buscan el modo en el cual puedan resolver sus diferencias, pero cuando eso no se puede lograr y los que les están acompañando no pueden mediar, finalmente se debe aplicar lo que las leyes instruyen y para eso están los juristas, que desempeñan toda su labor para que se haga lo justo con la asistencia de las leyes.

Claro está que la perspectiva que logra un juez al escuchar a todos los afectados y a fin de definir lo que es propio para las partes elimina todos los obstáculos que las partes tienen y de ese modo puede llevar la cuestión a una conclusión, la cual difícilmente puede ser discutida, y si hubiera alguna razón puede ser apelado. Sin lugar a duda, es mucho más simple que las partes puedan entenderse y no tener que llegar a presentarse ante un juez para que se les pueda resolver el caso.

Seguramente es muy difícil y requiere mucha amplitud para admitir que uno es culpable y ofrecer alternativas para resolver el problema, pero cuando esto no es posible y cada vez es más cuesta arriba, es cuando el juez tendrá que intervenir para que se pueda hacer lo justo y lo correcto para todas las partes.

' El juez, al pronunciar sentencia en casos que toca atender, hace historia que permanece.

Samuel Berberián

Cuando hemos sido formados en nuestro tiempo de una modalidad correcta para vivir responsablemente en el medio en el cual estamos, que generalmente no hemos escogido en muchos de los casos, esto nos ayuda para que no tengamos que terminar en manos de un juez, el cual está para hacer cumplir las leyes que nos rigen.

Los jueces que nos asisten en nuestras necesidades no son personas que se hayan autonombrado, sino que, por una vocación personal, han tomado el tiempo de prepararse y tener todos los recursos para que, cuando se necesite un juez, sean tomados en cuenta, y en el caso de que cumplan con todos los requisitos, reciban el nombramiento para que con un marco específico puedan aplicar la justicia.

Como parte de una sociedad, debemos saber que cada uno de los que están preparados y actualmente están en el cargo para aplicar la justicia también son fiscalizados, y para generar una estructura confiable y que, ajeno a los individuos que están allí, el sistema está de tal manera estructurado para que la ecuanimidad sea manifiesta y evidente para todas las partes involucradas, para que sea provecho de todos.

Es indiscutible que todos los que de alguna manera se encuentran involucrados en asuntos legales deben no solo un respeto absoluto a las leyes que están en vigencia, sino también el sometimiento necesario, sabiendo que la ley está por encima de todos los que somos parte de la estructura. Es probable que no siempre me sentiré favorecido por las resoluciones de un juez, pero debo admitir que se aplicó la ley de una manera ecuánime.

Cada uno de nosotros debe tener la claridad y disponibilidad de que la ley nos pueda regir y cuando nuestra vida llegue a su final no dejar a los que nos siguen en problemas, sino todo lo contrario, con soluciones, las cuales nos pueden recordar lo incómodas e injustas que están algunas cosas y que ahora, por la asistencia de un juez, podemos vivir en paz y en armonía con todos los que nos rodean.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.