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El progreso requiere voluntad y determinación

Muchas veces el progreso requiere reducir voluntariamente alguna ocupación que tenemos.

“No progresas solo mejorando lo que ya está hecho, sino esforzándote por lograr lo que aún queda por hacer”. Khalil Gibran

Cuando estamos pensando en progresar no debemos distraernos con lo que nos rodea, ni quedarnos mucho tiempo mirando el pasado. Reflexionamos en el pasado, pero tan pronto como podemos nos proyectamos al futuro y consideramos los retos que se nos presentan para saber escoger aquellos que nos llevarán a las metas que nos hemos trazado.

Para progresar hay que avanzar un paso a la vez teniendo presente la meta que nos hemos trazado.

Es probable que en los momentos que estamos enfrentando algún problema, este sea lo que motiva a visualizar alternativas que llevarán al progreso, porque los retos que nos habrían de desafiar serían los que nos ofrecen incursionar en terrenos nunca antes recorridos.

Por ello es que muchos pueden hacer el comentario de que nunca pensaron que habrían de llegar a donde están si no hubieran tenido que enfrentar alguna necesidad que se les presentó.

En nuestro derredor hay  infinidad de personas a las que el conformismo le invadió y se han paralizado en los proyectos en los cuales se habían involucrado y han dejado de lado todos los sueños que en un momento tenían. Esto no solo es lamentable, puede llegar a ser peligroso porque fácilmente se puede considerar que uno, si bien está viviendo en la práctica de la vida, ha muerto porque no solo no avanza, sino que se incomoda cuando le cuestionan su pasividad y falta de interés por emprender algún proyecto nuevo.

Cuántas veces hemos visto la realidad en la que alguien emprende algo y fácilmente sus acciones son tan contagiosas que otros que están en su derredor también se motivan y de algún modo se involucran en algún proyecto que anteriormente no  tenían pensado, y eso, sin lugar a duda, es algo sano para la personas y para las que están en su derredor.

 Por lo tanto, si somos personas determinadas en el progreso, no solo estaremos haciendo un bien para nuestras vidas, sino también estaremos motivando a los que nos rodean con nuestra determinación.

Es una realidad innegable que nuestra sociedad necesita una sana motivación para poder progresar y avanzar, y qué bueno será que nosotros podamos ser los instrumentos para ese progreso. Es muy justo y correcto admirar a las personas que con una determinación única han progresado, pero no debemos detenernos allí, sino debemos tener la determinación de ser una de ellas, para poder inspirar a quienes nos observan en hacer lo mismo.

La historia es una sucesión que refleja progreso. Cuando vemos todas las facilidades que tenemos para hacer nuestras tareas diarias, indican que algunos no se conformaron con lo que podían alcanzar y pensaron cómo podrían lograr   hacer de una manera más eficiente lo que ya hacían.

Para ilustrar, hace mucho tiempo, cuando la noche llegaba  había que buscar una candela para iluminarse, pero hubo quienes no se conformaron con la candela y por ello hoy tenemos la luz eléctrica, que nos ayuda para, con mayor facilidad, hacer las cosas hasta entrada la noche.

Por ello, antes de quejarnos por las limitaciones que en algún momento enfrentamos, lo cual, sin lugar a dudas, poco ayuda y mata la creatividad, es mejor disponernos a buscar soluciones que nos habrán de favorecer primeramente a nosotros y a los demás, quienes nos ven y habrán de asimilar nuestra modalidad.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.