REGISTRO AKÁSICO

El veinte veinte no se aprecia en algunos

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Se equivoca el camino para desarrollar al Ejército Nacional. La fortaleza militar se refiere a la capacidad de ejercer fuerza directa sobre un enemigo. Dicha circunstancia contiene a la distancia, como el criterio definitorio.

El combate cuerpo a cuerpo supone una serie de armas donde se alcanza al objetivo por la vista. Evolucionó desde las lanzas y espadas a las modernas armas de fuego. El alcance documentado de un francotirador es de dos kilómetros, sucedido en la guerra de Afganistán. Por esa razón, poseer el mayor número de atacantes entrenados supondría el ideal de crecimiento de un ejército para incrementar su fortaleza.

No obstante, las armas convencionales han crecido en complejidad y variedad en sus ámbitos de acción. No es necesaria la presencia, sino la capacidad de destruir o inhibir a distancia. En el siglo pasado, los acorazados dotados de cañones de gran alcance representaron el incremento del poder de fuego, pues permitían el ataque concentrado a los blancos sin preocuparse del contrataque, por pequeñas naciones.

' Los criterios para la fortaleza de los ejércitos han cambiado desde los tiempos heroicos.

Antonio Mosquera Aguilar

En la actualidad ha disminuido la importancia de la fortificación de grandes contingentes, la formación de orden cerrado y los asaltos frontales. En cambio, el combate a distancia está ejemplificado por el uso de drones, misiles crucero y fuerza aérea incluidos portaviones. Por lo tanto, un ejército fuerte se conforma por la complejidad técnica de sus armas de alcance lejano, incluido el combate virtual en el campo informático.

La Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad define en su artículo 19 la seguridad interior. Consiste en enfrentar de manera preventiva y directa el conjunto de riesgos y amenazas del crimen organizado, delincuencia común, en defensa del estado democrático de derecho. Actúa bajo la responsabilidad del Presidente por conducto del Ministerio de Gobernación. Solo en caso de desborde se llamará al Ejército Nacional para asegurar la paz y estabilidad institucional.

Las amenazas a la soberanía tienen una fuente creciente en el crimen transnacional. Penetra el territorio para minar la integridad legal de varios países. La narcoactividad es un ejemplo, pues se produce para exportar, se trasiega para contrabandear y se distribuye para dañar a la población. Cada una de esas actividades se realiza en distintos países. Al ejército le corresponde coordinarse en la defensa de la integridad territorial en el combate de la delincuencia internacional, para evitar se socave la autoridad de países amigos. Así, necesita convertirse en un ejército moderno y ocupar áreas nuevas para fortalecer a la seguridad.

Si estuviésemos en Esparta, en el siglo V a. C., incrementar el número de efectivos sería un buen criterio. En el momento actual es una insensatez. El Ejército Nacional debe obtener equipo moderno para impedir la operación de las nuevas amenazas: aviones de baja y alta velocidad, embarcaciones rápidas menores al desplazamiento de una corbeta, investigación oceanográfica del mar patrimonial, incremento de la capacidad de seguridad informática y modernización tecnológica de la inteligencia.

Ya se consiguió apartar al ejército de tareas de policía; si algunos miembros de esa institución desean serlo, lo conveniente es fortalecer a la Academia de Policía en un área de oficialidad para que encuentren su vocación en esa institución.

El atraso estratégico es similar a proponer en lugar de fotografías hornear cientos de soldados de terracota, como en la época del primer imperio de Xi Huang Di. Por favor, no volvamos al pasado, ya pasó el siglo veinte, en más de veinte años.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.