CATALEJO
En los últimos dos días de un año largo y trágico
Le quedan 48 horas a este año. Se cumple un viejo adagio: el mal no dura, no llega a cien años. Los primeros 14 días del 2024 pueden ser una continuidad del mal actual, pero se habrá iniciado un nuevo capítulo de la historia política guatemalteca, tan llena de recovecos, escondites, áreas oscuras. Este año fue especialmente lleno de un cúmulo de hechos lamentables, vergonzosos, novedosos, increíbles, por ser el efecto directo de la implosión, o desmoronamiento, del sistema politiquero reinante sobre todo desde el 2000. Es casi un cuarto de siglo, lapso en el cual nació el 52% de la población actual. Si se cuenta desde el inicio de la época de democracia electoral, es el 90. Por tanto, casi todos los guatemaltecos de hoy no conocen dictaduras del viejo estilo.
' Existe, de nuevo, la oportunidad de cambios, pero deben hacerlo personas distintas a los culpables de la tragedia actual.
Mario Antonio Sandoval
Entre las lecciones del año 2023 sobresalen los efectos desastrosos de la judicialización, ni siquiera de la política, sino de la politiquería y sus abusos sin fin. El sistema jurídico es un arma de ataque a los adversarios del oficialismo. De la superpoblación de auto llamados partidos políticos, aunque sean cualquier cosa, menos eso. De la conciencia generalizada de los desastrosos resultados de la corrupción, ese llameante dragón de mil cabezas. De la conciencia inicial sobre todo juvenil de los efectos de constituir una mayoría desinteresada en la política, sin comprender la diferencia entre esta y la politiquería. De la falta de liderazgo real, obtenido y logrado, no comprado en base a sueños malignos de oscuros personajes descalificados por su pasado y su presente. En eso, puede ser tal vez el inicio de una nueva etapa, esta vez buena o aceptable.
Entre los ciudadanos no interesados en el manejo del país generalmente están los emprendedores económicos, y esta actitud se debe al poco o ningún tiempo disponible para el mantenimiento y expansión de sus actividades. Muy poco a poco, van renaciendo la comprensión y la necesidad de práctica de valores tradicionales humanísticos, por tanto, centrados en el ser humano. El camino es largo, pero como dice el adagio chino milenario, un camino de mil millas se comienza con un paso. Ya ha habido algunos, y todo esto es un efecto de la facilidad de comunicación otorgada por la tecnología instantánea actual, hoy peligrosa al carecer de normas, lo cual provoca acciones de individuos irresponsables o corruptos. Pero esto es tema aparte.
Este 2023 también comprobó la verdad de no poder esperar resultados distintos haciendo lo mismo y con la misma gente o nuevas versiones de ellos y herederos de criterios discutibles, vituperables, y con la contraproducente e inútil acción de aferrarse al pasado, negar el presente y querer detener el futuro. Muchas veces éste último ya es el presente, pero admitirlo causa miedo, la peor de las reacciones humanas cuando se trata de analizar avances, aunque estos no necesariamente signifiquen mejorías para los seres humanos en general, sino sólo para determinados grupos muchas veces privilegiados. Ha sido un año donde en Guatemala se ha abierto de nuevo la posibilidad de lograr el fin verdadero de la política y la economía: lograr el beneficio de la mayoría.
El 2024 es un enigma abierto. Los tiempos cambian, están cambiando y han cambiado, y quienes ya cargamos con media docena de décadas o algo más, debemos decidirnos a intentarlo, a confrontar nuestras convicciones y prejuicios con los de personas con pensamiento contrario o contradictorio. Es difícil, pero no se debe pensar en derrota o victoria, sino de avance en la madurez otorgada por el conocimiento de criterios nuevos expresados sin gritos, insultos o descalificaciones, para así mejorarnos cada uno como seres humanos. Alguien dijo: “No hay nada más práctico que una buena teoría” y estas son el resultado de pensamientos iniciales mejorados precisamente por la mezcla de criterios diversos para resolver problemas. Dicho esto, deseo feliz año a todos mis lectores.