CATALEJO

Es contraproducente ausentarse de las urnas

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Me ha sorprendido mucho la cantidad de personas cuya intención —o al menos duda razonable— es no llegar a las urnas en la segunda vuelta electoral de este domingo. Todas ellas son residentes en la capital y poseen diversos niveles de educación y de posición económica, y también están situados en la primera etapa de la adultez, es decir, de entre 18 y 25 años. La pregunta ha sido muy simple: “¿Piensa usted ir a votar?”, y la respuesta más breve ha sido un no, mientras otros probablemente no se animan a ser tan directos, y envuelven la respuesta en un “estoy pensando no ir a votar, o talvez sí”. La razón señalada es el escaso entusiasmo o el rechazo por los dos aspirantes. Por ello, el tema de hoy es analizar las consecuencias de no votar.

' Esta última semana los aspirantes lanzarán todas las andanadas posible en contra de su adversario.

Mario Antonio Sandoval

Es necesario indicar, por un lado, la actitud evidentemente autoritaria de la aspirante Sandra Torres, quien con sus ausencias a debates, donde se arriesga a tener público en contra, o al menos imparcial, prefiere rodearse de gente afín, ya sea por convencimiento o por ser llevada a escucharla. Por el lado de Alejandro Giammattei, la crítica se refiere a su falta de exposición lo suficientemente clara sobre cómo piensa actuar para al comenzar la solución de al menos algunos de los graves problemas el país. Ambos coinciden en su rechazo a la Cicig, lo cual de alguna manera los afecta a causa de su imagen y la percepción en varios sectores acerca de la corrección de un porcentaje alto de las acciones de esa entidad, lo cual no necesariamente es cierto en todos los casos.

La ausencia de las urnas de los capitalinos y de las demás ciudades no es favorable a la candidata Torres, porque su base se encuentra sobre todo en las poblaciones pequeñas y en los barrios marginales de la ciudad de Guatemala. Si bien siempre en la segunda vuelta hay un ausentismo de alrededor de 15% respecto a la primera, un sistema eficiente de transporte de votantes puede marcar la diferencia y por ello ese día la aspirante de la UNE sin duda realizará un gasto enorme para llevar a quienes considera fieles. Sin embargo, no se puede dejar de tomar en cuenta la enorme cantidad de mensajes negativos, llamando al voto en contra de ella. Si esto triunfa, sería la segunda derrota consecutiva a sus pretensiones de convertirse en la primera presidenta.

Esa última semana previa a la elección, los dos aspirantes lanzarán todos sus cañonazos en favor propio y con ello en contra del adversario. El período es importante, porque la decisión de voto muchas veces se toma en el momento mismo de recibir la papeleta y de levantar el lápiz para marcar la ‘X’. Giammattei tiene más necesidad de hacerlo, porque el hecho es claro: la diferencia en la primera vuelta fue muy significativa a favor de Torres, y por ello quienes voten por él serán aquellas personas convencidas en la necesidad de repetir la vieja actitud de votar por el “menos peor”, como se dice en son de broma. Alguien me dijo “votaré en contra de ella otra vez, porque de todos modos el otro candidato no puede ser peor a Jimmy Morales.”

La participación aumentada tiene la ventaja de demostrarle al ganador el gran número de guatemaltecos cuyo voto fue en contra de sus aspiraciones. Otro factor indudable será el aumento de las personas e instituciones colocadas de manera voluntaria en la posición de vigilantes del Gobierno y, en general, de las instituciones del Estado. Esta elección provocará la disminución, aunque sea poca, de ese desinterés y apatía causantes del apoderamiento del Estado por mafias de todo tipo y sectores miopes al no poder ver más allá de sus intereses inmediatos. El primer paso es la participación mayoritaria, y por ello quienes se han decidido por participar deben tomarse la tarea de convencer a dos personas cercanas a participar, porque Guatemala se está hundiendo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.