CATALEJO

Este chorro de maldad colmó el amplio vaso

|

Todo lo ocurrido antes, durante y después de la decisión del gobierno actual al respecto de la adquisición de las vacunas para combatir el coronavirus se convirtió en un chorro de gotas y llenó, creo, llenó lleno el amplio vaso de la paciencia ciudadana. O dicho con otro refrán, el cántaro se rompió por haber sido llevado tantas veces al agua. No es realismo mágico, sino irrealidad brujesca. Demostró una vez más la estulticia generalizada de quienes han sido llamados a hacer gobierno, para la mala suerte del país. Rompiendo las evidentes y necesarias condiciones previas para la adquisición de unos 80 millones de dólares de vacunas, la ministra de Salud, Amelia Flores, en representación de Alejandro Giammattei, de hecho regalaron ese dinero y no pueden recuperarlo.

' Esa lacerante realidad guatemalteca otorga datos útiles para la próxima y breve visita de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.

Mario Antonio Sandoval

Las normas dictadas por el Congreso hablaban de negociar directamente con los fabricantes, no con intermediarios, y la más elemental lógica dictaba pagar una parte al colocar la orden, y otra cuando las vacunas ya estuvieran en territorio guatemalteco. Pero lo pagaron casi todo antes de recibir una sola dosis, no investigaron a la contraparte, firmaron un convenio por el cual Guatemala no tenía derecho a recuperar el dinero pagado si la entrega no se realizaba según el pacto. La ministra, en una de las peores declaraciones de un funcionario público, afirmó haberse sorprendido de estas características, luego de firmar el documento obviamente sin leerlo. El intermediario desapareció, la empresa no tiene relación con el gobierno ruso y por eso causa risa la petición a Putin de intervenir.

Ciertamente se han realizado algunas vacunaciones, porcentualmente insignificantes, pero el desorden, descuido e irresponsabilidad también se manifiestan con claridad, como lo han señalado a la prensa personas de la tercera edad afectadas por el calor, el frío y las lluvias mientras esperan con paciencia la atrasada llegada del personal. Un peligro latente es la falta de vacunas para la segunda dosis, y por ello muchas personas han decidido vacunarse hasta su llegada. Se afianza y profundiza aún más la vergüenza y rabia generalizada debido a la actitud descuidada de muchos de los encargados, a quienes su tan modesto salario muchas veces les llega con atrasos, igualmente comprobaciones de la manera descuidada de actuar en las altas esferas del gobierno giammatterista, del cual es cada vez más difícil ser integrante.

Pero Giammattei, asiduo visitante de la Tierra de las Maravillas, sin ruborizarse califica de “bueno” al manejo de la pandemia. La realidad es otra, pero negarla parece ser el deporte favorito del médico a la cabeza del mando político del país. Es inevitable felicitarlo por su decisión de abandonar la práctica de la medicina, pues al momento se ha vacunado al uno por ciento de la población, según el Ministerio de Salud, y a ese ritmo la tarea terminará unos doce años después del fin de su período de mando, cada vez peor y desprestigiado dentro y fuera. A propósito de esto, lo ocurrido es una nueva prueba del desorden imperante y será útil para la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, para su anunciada y muy breve visita de principios de junio, así como lo serán los datos y criterios de los sectores no gubernamentales.

Estas actitudes gubernativas escapan al ámbito ideológico. La mejor prueba de su maldad la otorgan los números de las personas vacunadas en países cercanos, no digamos en aquellos avanzados social y políticamente. La negociación oscura de las vacunas rusas saca a luz las razones de la nefasta decisión del Congreso para ampliar a 200 mil quetzales las adquisiciones a dedo de los alcaldes. Se comprueba además la decisión de los politiqueros nacionales para facilitar el control absoluto, la impunidad, el amiguismo y demás. Pero a mi juicio se rebalsó el vaso de la paciencia ciudadana y por ello Guatemala se encuentra a pocos pasos de llevar a un tirano por la vía de votos causados por la desesperanza.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.