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Ir a las urnas con una reflexión plena

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A tan solo dos días de las elecciones generales el panorama político que se avizora es confuso, hasta hoy he escuchado mil teorías de la conspiración que podría ocurrir el próximo domingo, que parece un cuento de hadas, de la bruja mala que tiene tentáculos por todos lados. Pero la dura verdad es otra. Revela que somos un país desorganizado, con una legislación poco funcional, que no se adapta a la realidad nacional y solo favorece la corrupción. Estamos en pañales en cuanto a lo que podría significar un evento electoral de altura, ordenado y transparente.

En cada proceso electoral se evidencia más la necesidad de contar con una ley electoral funcional, completa, previsora y adaptada a la realidad nacional, en lugar de la aberración que tuvimos en estos comicios, que fue hecha a la carrera y a la medida de ciertos oscuros personajes.

Lo triste es que ni teniendo casi una veintena de binomios presidenciales se logra encontrar uno con las cualidades necesarias para sacar al país avante. Por lo que, a estas alturas, un 48% no ha decidido claramente por quién votar, según la encuesta de Prensa Libre. La mayoría reconoce que la oferta electoral es pobre y tristemente caeremos de nuevo en la misma disyuntiva de siempre, “votar por el menos malo”. Afirmación relativa, claro, pero lo que sí es seguro es que el ganador será peor que Jimmy Morales, porque esa ha sido la tendencia en este país cada cuatro años, un presidente peor que el del período anterior.

El hecho de haber tenido tantos distractores en este proceso ha mermado la capacidad analítica de los ciudadanos pensantes de visualizar las verdaderas propuestas, posibilidades y planes de gobierno. Los guatemaltecos merecemos una mejor gobernabilidad, transparencia, justicia, educación, salud, infraestructura y visión de país.

A pesar de todo, este proceso debe ser una decisión democrática, para ello se requiere participar activamente, no dejar de ir a votar, utilizando una visión reflexiva, exijamos que el futuro presidente sea respetuoso de la ley, inteligente, transparente, responsable, con capacidad para dirigir eficientemente la ejecución de las tareas de gobierno.

No olvide también el voto cruzado, esto nos dará un buen balance de poder, sobre todo razone al momento de votar por los diputados, que han sido nefastos para el país, no vote por los mismos que ya han demostrado total corrupción y han vendido el país al narcotráfico.

' Votar es un derecho y una responsabilidad, pero también debe ser un acto racional y no emocional.

Brenda Sanchinelli

Aún con las pobres opciones para presidente que tenemos, debemos cuidar al menos ciertos aspectos importantes, alguien que permita la libre expresión del pensamiento, para ser criticado o elogiado según sus obras. Debe escuchar y beneficiar a todos los sectores del país, y no solo a ciertos grupos, siendo buen negociador y conciliador. Ser un líder y no un déspota, capaz de trabajar en equipo, rodeándose de personas competentes, que no sean sus amigos y parientes, sino profesionales serios.

Elijamos a una persona que, aún con sus deficiencias y limitaciones, no obstaculice el impulso ciudadano de promover los cambios que nuestro sistema colapsado requiere. Y que luche frontalmente contra la corrupción. Sale sobrando que digan que tienen “planes de gobierno”, que son solo unos libros obsoletos creados por corruptos, que hasta el día de hoy han sido inoperantes y no han dado resultado alguno. Más bien quisiéramos que entiendan el significado de lo que es una “política de Estado”, a diferencia de acciones de gobierno. Así que, si el “nuevo presidente” se enfocara, aunque sea en cinco políticas de Estado, que al menos incluyeran priorizar la educación, salud, seguridad y justicia; estaríamos ganando mucho. ¡Ánimo Guate!

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.