Por la libertad
La mentalidad anticapitalista del gobierno
Cerrar empresas privadas, seguir insistiendo en que el gobierno puede llegar a ser eficiente y capaz para el manejo de ciertas actividades es un suicidio.
Quienes nos gobiernan hoy necesitan cambiar su mentalidad anticapitalista a modo de que logremos tener un mayor crecimiento económico para que mejore el nivel de vida de todos los guatemaltecos. Se percibe en varios funcionarios públicos una mentalidad muy fuerte antiempresarial. Sin la empresa privada, el gobierno será uno de un pueblo pobre que seguirá así mientras las políticas públicas no cambien. Esto implica desregular y no impedir inversiones de capital, generar certeza jurídica y libertad total de comercio exterior.
Sin la empresa privada el gobierno será uno de un pueblo pobre que seguirá así mientras las políticas públicas no cambien.
Cerrar empresas privadas, seguir insistiendo en que el gobierno puede llegar a ser eficiente y capaz para el manejo de ciertas actividades es un suicidio. Una carretera privada será siempre más eficiente y segura que una pública. Un aeropuerto o un puerto marítimo serán más eficientes que uno público. Si queremos que las cosas funcionen debemos aceptar que lo privado funciona mejor que lo público. La inversión que es privada no viene de impuestos, y los dueños velarán por sus intereses, lo cual hará que la carretera esté en buen estado y sea más segura por pura conveniencia. Si algunos funcionarios cambiaran sus discursos agresivos contra las iniciativas privadas y demostraran con hechos el dejar de frenar o atrasar nuevas inversiones de capital, el crecimiento económico se reactivaría. Pero no solo se trata de no atrasar o impedir las nuevas inversiones de capital, sino de no estorbar con trámites engorrosos la creación de nuevas empresas y proyectos.
Un estudio de impacto ambiental (EIA) puede tardar años. ¿Por qué no permitir que las empresas comiencen de inmediato sus inversiones y vayan cumpliendo las normas establecidas para que cuando se presente el EIA no deba tener muchas modificaciones ni detenerse el proyecto? ¿Por qué cerrar una empresa que ha invertido millones y que va a producir riqueza para los guatemaltecos cuando podría apoyarse con directrices claras de cómo operar en ciertos temas que causan duda? Guatemala sigue quedándose corta de mano de obra por la enorme migración ilegal y no nos damos cuenta de que son nuestros gobernantes quienes provocan la situación al ahuyentar e impedir nuevas inversiones de capital.
Junto con dar certeza jurídica a los nuevos inversionistas, se debe abrir por completo el comercio exterior para que lo guatemaltecos podamos tener más competencia entre productos locales e importados. El comercio exterior libre es un requisito fundamental para un mayor crecimiento económico. El profesor James Gwartney, uno de los principales coautores del Índice de Libertad Económica publicado por la fundación Heritage, lo indicaba claramente cuando aseguraba que había tres factores fundamentales para lograr un mayor crecimiento económico: El primero es la ganancia que se obtiene como fruto de aprovechar todas aquellas ventajas comparativas del libre comercio. El segundo es la “Empresarialidad”, ya que debido a ello se crean nuevos métodos de producción que incrementan la productividad. Y el tercero es la formación de capital, que se traduce en nuevas inversiones de máquinas y herramientas que incrementan la productividad. Sin libertad, respeto a la propiedad y la vida bajo un estado de Derecho, nada de esto sería posible.
El tiempo pasa, y aunque exista buena voluntad, si no hay capacidad y un entendimiento de la urgencia que tenemos en Guatemala para reducir la pobreza y mejorar el nivel de vida de todos seguiremos igual, creciendo por inercia a un ritmo menor del que podríamos lograr con unos pequeños cambios de actitud y legislación. Este país puede ser un ejemplo para el mundo entero, como lo han sido los tigres asiáticos en su momento.