Aleph

La simulación, el lawfare y la política chapina

La elección de magistrados titulares y suplentes de la CSJ es un asunto viejo de burda política chapina.

Quienes gritan “fraude” saben que no hubo fraude en las elecciones pasadas. Saben que quienes votaron, eligieron a otros que no eran ellos o afines a ellos, pero eligen callarse y jugar con las percepciones, la ignorancia y la muy deteriorada moral guatemalteca. Lo saben, pero solo se lo confiesan al espejo (o a sus perroperadores). “La hipocresía oculta las intenciones de las personas…que tienen la certidumbre íntima, aunque inconfesa, de que sus actos son indignos, vergonzosos, nocivos, arrufianados, irredimibles. Por eso es insolvente su moral: implica siempre una simulación”, dice José Ingenieros en El Hombre Mediocre.

Nos toca acompañar esta feria de tradiciones y costumbres de la más rancia clase política chapina que no quiere soltar el poder.


Por cierto, hace un par de días, en el Congreso de la República se sorteó la primera Comisión Pesquisidora (CP), que tiene como objetivo conocer la denuncia interpuesta por el partido UNE, contra cinco magistrados titulares del Tribunal Supremo Electoral, alegando fraude electoral en la segunda vuelta. Según la denuncia de la UNE, hay inconsistencias y contradicciones en las actas y en el sistema de transmisión de resultados ya que “existen 8879 mesas electorales que se contabilizaron en menos de treinta minutos…”. Es un caso espurio, sin argumentos legales, como ha sucedido frecuentemente en esta Guatemala de la última década, donde la guerra jurídica sucia o lawfare, se practica al antojo de la mafia corrupta que aún manda en el país. Hay que abrir bien los ojos porque, de nuevo, es un caso político, no jurídico, y le tocará al pleno del Congreso decidir, luego de contar con el informe de la CP, si el antejuicio procede o no.


La política en Guatemala sigue siendo un juego muy sucio, en el marco de un Estado y un Sistema de Justicia corrompidos hasta la médula. Y si bien en otros países la política también se juega sucio, esos países tienen instituciones sólidas y un Sistema de Justicia que funciona como la columna vertebral de un Estado. Las cortes en Guatemala son un claro ejemplo de lo mal que funciona todo aquí. El anterior presidente de la CC, Molina Barreto, no solo tuvo por años a familiares suyos en instituciones del Estado, sino que llegó a ese espacio en plena campaña electoral, como operador del partido Valor, habiendo sido antes el candidato propuesto por ese partido, para ocupar la vicepresidencia del país. Por otra parte, el actual presidente de la CC, Néster Vásquez, está señalado por corrupción en el caso Comisiones Paralelas 2020 y con un merecido lugar en la lista Engel, del gobierno de los EE. UU. ¿Recuerdan cuando Allan Rodríguez lo juramentó una noche, muy de prisa, como magistrado de la CC, porque había impugnaciones en su contra? Habría que considerar ir cerrando la CC y sustituirla por una Sala Constitucional como la Sala Cuarta que hay en Costa Rica, más cercana a la gente, con menos poder, más acorde a los tiempos que corren y menos politizada.


La elección de magistrados titulares y suplentes de la CSJ, es un asunto viejo de burda política chapina. Muchos de los aún actuales magistrados fueron enviados por el Rey del Tenis a estudiar fuera del país hace ya años, con el fin de que posteriormente le sirvieran de operadores. Luego, sería Gustavo Alejos el padrino de muchos de ellos. Desde el año pasado, hemos visto cómo abogados y magistrados protegidos por ambos padrinos de la mafia han sido absueltos, reinstalados o nombrados en distintos cargos (Cruz, Orellana, entre más). La impunidad como reina.


Se acerca la elección de cortes, luego de dos elecciones plagadas de irregularidades. Las negociaciones ilícitas comenzaron desde enero, cuando la atención estaba centrada en la toma de posesión. El Congreso ha convocado a la CP para esta elección, que se compone de 12 decanos de facultades de Derecho (algunas sin alumnos), 12 abogados del CANG (¡!), 12 representantes de magistrados de salas y uno de rectores (solo falta que pongan a Mazariegos, que no es rector). Nos toca acompañar esta feria de tradiciones y costumbres de la más rancia clase política chapina que no quiere soltar el poder.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.