CATALEJO
Los enemigos internos y externos de la unidad
Mañana se realizará el V Encuentro Ciudadano “Centroamérica, amenazas y oportunidades compartidas; un destino común”, y es entonces el caso de hablar de los enemigos de un esfuerzo de tal envergadura. A pesar de la relativa pequeñez de la economía del istmo, obviamente es mayor a la de los seis países actuales. Entre las ventajas están los ahorros en gastos como la diplomacia separada, aunque solamente esto no justificaría el esfuerzo. Para el mundo, se facilita relacionarse con un representante, en vez de media docena, y para eso el concepto de unidad obliga a deshacerse de la mentalidad provinciana representada en la permanencia de miniparcelas: Guatemala, con apenas 108 mil kilómetros cuadrados, supera en extensión a Costa Rica y El Salvador.
' El esfuerzo de una unidad centroamericana comenzada pronto debe enfrentar a sus enemigos políticos internos y externos.
Mario Antonio Sandoval
Pero una idea tan necesaria como esta deberá imponerse a adversarios y enemigos internos y externos, cuya fuerza e influencia puede convertirse en el motivo de su fracaso. Algunos son simples, en apariencia: escoger la capital política. Unos promoverán la construcción de una ciudad nueva, una mini Brasilia, por decirlo así, pero este absurdo tiene un costo no solo prohibitivo, sino injustificable, debido a las urgentes necesidades por resolver. Por ello resulta lógico escoger en una de las existentes, con criterios físicos de tamaño, infraestructura, entre otros, y también aspectos de importancia cultural e histórica. Esto será motivo de una discusión cuya prolongación para llegar a un acuerdo irá directamente relacionada con la permanencia de criterios aldeanos.
Otro factor fundamental es el convencimiento y la colaboración de las élites, sobre todo económicas. La añeja y actual división resulta muy conveniente para un alto porcentaje de estas, porque facilita la permanencia de privilegios, causantes en mucho de la situación de pobreza, a la vez motivo de la emigración forzada. Si bien esta, a pesar de todo, significa un ingreso fundamental para la economía del país, puede derrumbarse o debilitarse si continúan las miopes políticas de la administración republicana actual en Estados Unidos. Es claro: la tarea económica no puede circunscribirse a ese factor, porque hacerlo así no le permite cumplir con una de sus principales justificaciones; es decir, mejorar el nivel de vida de un mayor segmento de la población.
El aspecto político tiene un factor de especial dificultad: un borrón y cuenta nueva para quienes hoy intervienen y hacen el pillaje más despiadado y destrozan la democracia. La elección de cualquier tipo de magistrados, queda ahora comprobado, está en manos de gente causante durante muchos años del proceso de desintegración de la de todos modos caricatura de democracia existente en el istmo, sobre todo en los cuatro países donde no hay una dictadura. Se deben cerrar los actuales “partidos”, entre comillas, para sustituirlos por partidos reales, cumplidores de una serie de requisitos para su fundación y mantenimiento, ajenos a las teorías irrealizables en los países a causa de sus peculiaridades, sobre todo en Guatemala. Al toro se le debe tomar por los cuernos.
Finalmente, la tarea de lograr ese conjunto político económico debe ser apoyado por los jóvenes. De la población, el 80 por ciento o más tiene menos de 30 años o es “milenial”. Las actuaciones de Bukele en El Salvador, erradas, inmaduras y tendientes al autoritarismo, antesala de la dictadura, han desencantado a muchos de ellos, con el agravante de —talvez— abandonar el apoyo a la verdadera democracia. La Fundación Libertad y Desarrollo está emprendiendo una lucha de largo tiempo, porque debe haber depuración total de los políticos actuales con seguridad en Guatemala y muy probablemente en Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá. Pese a ello, el primer paso debe ser dado. Simplemente ya no es posible mantener la misma realidad de hoy.