CATALEJO

Los etéreos colectivos no tienen valor práctico

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Dentro de las denominaciones utilizadas para definir a los grupos sociales, en los últimos años ha aparecido el término “colectivo”, cuyo significado es una agrupación unida por lazos comunes. Si se integra un colectivo de escritores, deportistas, periodistas y demás la aplicación del término es aceptable. Entre sus características está la ausencia de un liderazgo individual específico, un “macho o hembra alfa”. Y esto es así porque otra característica consiste en dar cabida a toda corriente (de poesía, por ejemplo) y ello excluye la representatividad de la agrupación en los criterios de uno sólo o algunos de sus miembros, ni tampoco al conglomerado al cual pertenecen antes de adherirse a una entidad caracterizada por no tener marcos definidos.

' Señalar esto no implica el rechazo al derecho ciudadano de manifestarse contra la corrupción y todo abuso adicional.

Mario Antonio Sandoval

No por ello dejan de ser importantes ni de tener la posibilidad de ejercer influencia en variados elementos y sectores de la sociedad, pero es un efecto derivado de la personalidad de ese individuo. Los colectivos entonces solo pueden reunirse con el fin de intercambiar ideas entre sus miembros, pero no para hablar como grupo, porque no tienen organización, directiva ni vida institucional. La difusión de sus ideas se reduce al ejercicio de la libertad constitucional de emisión del pensamiento, sometida por tanto a sus leyes, reglamentos y límites. La fuerza de un colectivo dependerá de la variedad de criterios de quienes sienten pertenecer a éste, así como de la importancia de los temas escogidos para ejercer su crítica, su apoyo, rechazo y lograr así la aceptación popular.

El concepto de colectivo se volvió importante a causa de la agrupación llamada Convergencia Nacional de Resistencia. Su objetivo, según las publicaciones en Prensa Libre y elPeriódico, es “rescatar a Guatemala de las graves violaciones de los derechos humanos en Guatemala… poner en la agenda pública el derecho a la resistencia…, y decir fuerte y claro que el gobierno actual condujo al país a una dictadura y convirtió al Estado en disfuncional”. Resistencia es “conjunto de personas que generalmente en forma clandestina se oponen a invasores o a una dictadura”. En política práctica, incluye violencia y de hecho no permite entonces el intercambio de ideas respecto al gobierno, con las cuales muchos ciudadanos nos hemos manifestado, pero quedamos fuera.

Cuando se intenta dar a una agrupación, aunque sea como esta, etérea y sin fuerza legal, la calidad de multidisciplinaria, se debe tener sumo cuidado al presentarse en público, de mostrar personas con distintos criterios, no sólo representantes de pensamientos con inclinación a cualquier extremismo. Como en Guatemala es muy pequeño el grupo interesado en manifestar sus criterios, a causa de esa característica nacional de sentir miedo por hablar, es fácil identificar la tendencia con solo ver a las personas. Sus criterios ya son conocidos y entonces su presencia disminuye las posibilidades de triunfo de enfrentar de manera muy grande, mejor si masiva, el rechazo a las actitudes dictatoriales ya consolidadas en un gobierno como el actual, dispuesto a todo.

En anteriores oportunidades se ha intentado crear conglomerados similares, pero pronto han desaparecido. Cuando se presentan críticas de cualquier tipo, calzadas por nombres de supuestas pero numerosas y desconocidas organizaciones políticas, étnicas, económicas, académicas, cualquier mensaje se desvanece. Los numerosos nombres de grupos inexistentes institucionalmente, sólo reduce su efecto. En este caso, el protagonismo del cardenal Ramazzini en una entidad con evidentes fines políticos, incluso puede caer en el campo de la prohibición a líderes de cualquier bandería religiosa, por cierto poco cumplida. Para participar en contra de la corrupción gubernativa hay muchas formas, pero sin duda alguna debe mantenerse el principio de la laicidad del Estado.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.