CATALEJO

Los mutuos intereses Taiwán-Guatemala

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Las relaciones amistosas entre los países tienen como una motivación beneficiarse mutuamente de los factores políticos, económicos, culturales, a veces geográficos, y demás. Por esa causa, la amistad mencionada es más fuerte conforme son más sólidos los intereses, siempre y cuando sean legítimos.
Cuando se trata de relación entre países con amplias diferencias económicas, los de tamaño menor están en todo lo correcto cuando se interesan en poner beneficios. En el caso de Guatemala-Taiwán, a nuestro país le interesa negociar diversos beneficios, pero también debe cumplir con los motivos causantes del interés de esa pequeña gran isla, caracterizada por la necesidad de tener la tradicional relación diplomática, mantenida por muchos años. Hoy hay una oportunidad para ampliar o para fundamentar ese beneficio mutuo.

China comunista condiciona para establecer relaciones la ruptura con Taiwán, país importante para Guatemala en lo económico y social, y al país amigo para mantenerla, porque el apoyo guatemalteco significa en algo un beneficio para la democracia y para la existencia taiwanesa. El resultado ha sido una alianza positiva y en la actualidad el ataque chino a la isla incrementa la posibilidad de Guatemala para obtener ventajas dentro de la elegancia propia de la diplomacia cuando está a cargo de gente capaz. Todo esto justifica la visita de la presidenta Tsai Ing-wen. Centroamérica está en la mira de Pekín desde hace años. Con paciencia China logró ese cambio al donar un estadio a Costa Rica. Nicaragua y ahora Honduras están de su lado. El Salvador es una duda.

' Guatemala tiene, con Taiwán, la oportunidad de lograr con sus relaciones diplomáticas legítimos intereses mutuos y variados.

Mario Antonio Sandoval

Para Taiwán es fundamental no repetir el error de haberle dado dinero sin control alguno a funcionarios locales. Eso le afectó, aunque sin duda alguna ese aporte es de vida o muerte para Taiwán. En efecto, Taiwán ha beneficiado a Guatemala con becas para estudiantes, donaciones directas para instituciones privadas, colaboración técnica agrícola e industrial y sobre todo una relación directa para impedir la victoria de grupos guerrilleros durante los largos 36 años de la ahora olvidada guerra interna, terminada hace 27 años, cuando nacieron quienes ahora tienen 40 años. El embajador Adolfo Sun comprendió el juego y por ello el dinero del tramo Guatemala-Sanarate fue controlado por la embajada taiwanesa. Esa es la forma brillante como se deben hacer nuevos proyectos.

Ese embajador visitaba los trabajos cada semana para pedir cuentas del uso de los fondos. La obra terminada no tiene daños y redujo el tiempo de viaje, aunque ahora la enorme cantidad de vehículos ha disminuido esa ventaja. Hace poco, el actual embajador, Tsao Li-jei, asistió a la inauguración del hospital de Chimaltenango, el cual no funciona porque el gobierno no ha cumplido con equiparlo. La única forma de Taiwán para el uso adecuado de sus fondos es dicho control, indispensable debido a la magnitud de la corrupción en Guatemala, exponenciada desde hace tres gobiernos. Hace años, Óscar Berger perdió la oportunidad de negociar el resto de la ruta Sanarate-Puerto Barrios, con ese sistema de control, gracias al cual la tarea del país receptor se reduce.

Hace poco la presidenta hondureña, Xiomara Castro, chantajeó a Taiwán para mantener la relación diplomática: corrupción y torpeza y se cambió de bando. Eso le da a China varios cientos de kilómetros de costa en un istmo con el Pacífico y Atlántico muy cercanos, y con fronteras con el poderoso triángulo económico México, Estados Unidos y Canadá. Guatemala y Taiwán deben negociar beneficios mutuos, pero los funcionarios nacionales necesitan diplomacia y elegancia, y para ello la presión ciudadana y de la llamada sociedad civil debe ser igual de dura a como ha sido en los últimos meses. La colaboración debe mantenerse y afianzar las relaciones bilaterales por medio de solicitar la entrega de las tan necesitadas carreteras, hospitales, escuelas y seguir con el plan de becas.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.