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Maestro rural en San Marcos y Quetzaltenango

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Al buscar héroes anónimos en la provincia, encontré el libro de Raúl Chávez titulado Don Miguelito, ícono de la educación, impreso en Xelaprint, Quetzaltenango, 2017, 138 páginas.

' Su último destino fue la aldea Subchal, del municipio de San Miguel Ixtahuacán, San Marcos.

José Molina Calderón

El libro está inspirado en la vida de un maestro marquense. Puede decirse de la obra, que es una novela biográfica, por el estilo de la narrativa que utiliza el autor para presentar la vida magisterial de Miguel Maldonado, en un espacio que transcurre desde 1944 a 1991.

La labor docente la realiza don Miguelito —como se le conocía— principalmente en el municipio de La Reforma, San Marcos, y más adelante en la propia cabecera, incluso en Quetzaltenango, cuando por los estudios de sus hijos tiene que trasladarse. También su recorrido profesional en el magisterio lo lleva al municipio de Tejutla, no sin antes haber recibido el título de Maestro de Educación, firmado por el propio presidente Juan José Arévalo. Alcanzó en 1970 el título de Profesor en Enseñanza Media con especialidad en Matemáticas, extendido por la Universidad Rafael Landívar.

Estudiar y trabajar en la época descrita significaba una hazaña, al tomar en consideración las distancias entre el trabajo y la institución educativa, transitando por caminos de terracería. Sin embargo, el deseo de superación era más que las dificultades, porque al igual que al profesor Miguel Maldonado, los docentes de las escuelas rurales se ven conminados a caminar, ir en bicicleta, moto o en bus hasta sus lugares de trabajo.

Paralela a su labor docente también transcurre su vida personal, siendo así que a finales de 1953 contrae matrimonio con la también profesora Gloria Jovita Muñoz (+), dando con este hecho origen a la familia Maldonado Muñoz, procreando cinco hijos. Con el deseo de salir adelante y con el afán de mejorar las condiciones de la familia, organizan la primera tienda surtida en La Reforma, y con su esfuerzo hasta fundaron una panadería.

Tras la renuncia del presidente Jacobo Árbenz, en 1954, se inició una persecución de maestros acusados de comunistas, entre ellos el profesor Maldonado, viéndose envuelto en intrigas y falsas acusaciones.

Como maestro y director de la escuela del municipio de La Reforma, se involucró en el mejoramiento del pueblo, en la construcción de una nueva escuela, en la construcción de la iglesia católica, y para ello contó con el apoyo de los finqueros del municipio cafetalero. Uno de los principales en apoyarlo fue el doctor Francisco Asturias, quien junto a su esposa eran propietarios de la finca Dos Marías. El doctor Asturias fue miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala desde 1925 y autor de un libro de valiosa referencia sobre Belice. Dos personajes unidos en este relato.

Hubo un lapso en su labor docente que lo llevó a trabajar en Coatepeque como administrador de una importadora. Al poco tiempo lo volvieron a llamar para dirigir nuevamente la escuela en La Reforma. También tuvo la oportunidad de trabajar en el Instituto Básico de Malacatán, en el Instituto Nacional Mixto de Occidente (Inmo) en San Marcos. Al trasladarse a Quetzaltenango, motivado por continuar la educación de sus hijos, trabajó en el Instituto doctor Werner Ovalle López. Su renuncia del magisterio la presentó en la supervisión de San Miguel Ixtahuacán como director de la escuela rural mixta de la aldea Subchal del mismo municipio, después de 41 años de docencia. Se jubiló a la edad de 65 años. Nacido en 1928, cuenta hoy con 95 años de edad.

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.