LIBERAL SIN NEO

Medio pan a cada uno

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Cientos de miles de personas manifestando en las calles de Roma, París, Londres, Berlín y Nueva York, en apoyo a los palestinos de Gaza y en condena a los judíos en Israel. Manifestantes en Nueva York gritaban el eslogan “desde el río hasta el mar”. Un reportero preguntó a un manifestante a qué río se refería; el manifestante dijo no saber. ¿Entonces por qué protesta?, preguntó el reportero. “Porque estoy en contra del fascismo e Israel es un estado fascista”, respondió, mostrando ser una oveja conducida. El eslogan reclama Palestina del río Jordán al mar Mediterráneo; es decir, una geografía en la que Israel no existe. Este es el meollo de la razón por la que durante 75 años ha sido imposible alcanzar la paz entre palestinos e israelíes; la rígida posición del liderazgo palestino es que Israel no puede existir y los judíos deben ser eliminados o expulsados.

' La destrucción de Israel no es opción viable ni deseable para el mundo.

Fritz Thomas

Hay muchos adjetivos para describir al estado de Israel; fascista definitivamente no es uno de ellos. Por el contrario, Israel es una vibrante democracia parlamentaria donde está representado un abanico de posiciones ideológicas y el poder alterna periódicamente entre derecha e izquierda. Es la única auténtica democracia en ese vecindario del mundo. Cerca de 20% de la población de Israel es de etnia árabe; cuenta con plenos derechos ciudadanos, representación en el parlamento y la Corte Suprema de Justicia. Si es que hay parlamentos de fachada en países vecinos, no se encontrará un solo diputado judío. En Israel hay vigorosa diversidad y libertad de prensa, típicamente crítica del Gobierno. En Israel la población puede manifestarse libremente contra el régimen y lo hace con frecuencia. En los territorios gobernados por los palestinos, la gente puede protestar únicamente contra los enemigos del régimen; no hay elecciones ni libertad de prensa.

Un aspecto que resalta de las protestas y manifestaciones en importantes metrópolis alrededor del mundo es que jamás serían toleradas en ciudades gobernadas por palestinos o países vecinos. El gobierno de Gaza es una dictadura teocrática absolutamente intolerante ante cualquier oposición política o religiosa. Una persona en Gaza no puede ser abiertamente gay, feminista, transexual, comunista o atea; en Israel puede asumir abiertamente la identidad que quiera.

En 1947, la asamblea general de la ONU votó a favor de la resolución 181, que particionó el territorio en dos estados, uno judío y otro árabe. Ese acuerdo daba medio pan a cada uno. En décadas siguientes se dieron varias guerras entre Israel y países árabes vecinos y una serie de cumbres y acuerdos de paz. Mientras Israel se ha dedicado a producir y progresar, los palestinos se han empeñado en resistir y guerrear; nunca se han conformado con su mitad del pan y lo quieren todo.

La población palestina es indudablemente víctima, no de Israel, sino de sus propios gobiernos dictatoriales, que han hecho de la “resistencia” y la guerra su modus vivendi. Los territorios palestinos, la Ribera Occidental y Gaza, son gobernados por dictaduras cleptocráticas, antagónicas entre sí; su proyecto de progreso es la destrucción de Israel. Más de 60% de la población de Gaza vive de donaciones; “ayuda” extranjera. Desde su infancia son educados con la ideología del odio y la victimización por parte de gobernantes incapaces de articular una visión que no sea la eliminación del enemigo. Los palestinos merecen tener un mejor futuro; no podrán alcanzarlo mientras permanezcan sometidos a sus actuales líderes políticos. La destrucción de Israel no es opción viable ni deseable para el mundo.

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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