Punto de encuentro

“No con mi silencio”

“Parece que esto ya no es una guerra contra el terrorismo”. Chef José Andrés

Esta columna lleva por título el nombre de la campaña que Médicos Sin Fronteras (MSF) acaba de lanzar a nivel mundial pidiendo el cese al fuego inmediato y definitivo en la Franja de Gaza.

“Estamos conmocionados. Nosotros. La sociedad. Tú. Llevamos más de 6 meses siendo testigos del horror absoluto que el gobierno de Israel está infringiendo a la población civil palestina, incluidos niños y niñas, con ataques incesantes e indiscriminados”, señala esta organización humanitaria que junto a miles de personas —incluida la comunidad israelí en varios países del mundo— exigen terminar con la barbarie.

Lo que en un inicio se presentó como una respuesta de Israel al ataque del grupo terrorista Hamás del 7 de octubre de 2023, que cobró la vida de 1,200 civiles y en el que 253 personas fueron tomadas como rehenes, se convirtió en una brutalidad sostenida en contra de la población civil de Palestina. “La anatomía de un genocidio”, como lo calificó en su informe la relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese.

Hasta el día 178 de la guerra declarada por Israel contra Hamás, pero en realidad librada contra todo el pueblo palestino, han sido asesinadas por los ataques sobre Gaza 32 mil 916 personas, la mayoría mujeres y niños; más de 196 trabajadores humanitarios y 106 periodistas han perecido; y un millón 100 mil residentes palestinos sufren de una “inseguridad alimentaria catastrófica cercana a la hambruna”, señala BBC Noticias con datos de la ONU, AWS, FIP y MSF.

Las imágenes —que dieron la vuelta al mundo— de drones y soldados israelíes que ametrallaron a decenas de palestinos cuando intentaban obtener bolsas de alimentos para llevar a sus familias (29/2/24) y el ataque de la semana pasada con cohetes teledirigidos en contra de la caravana de vehículos de la ONG fundada por el chef español José Andrés, World Central Kitchen (WCK), donde se transportaban siete voluntarios internacionales que habían llegado a cocinar y a entregar alimentos para paliar la hambruna en la Franja de Gaza, causó una ola de repudio mundial.

Lo que el mundo debe exigir es el cese al fuego inmediato y permanente.



“Este no es solo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que se presentan en las situaciones más espantosas donde los alimentos se utilizan como arma de guerra y esto es imperdonable”, señaló en un comunicado Erin Gore, director ejecutivo de WCK. Ni más ni menos: el hambre como arma de guerra.

Por todo esto y muchos hechos más que son imposibles de abarcar en una columna, ante el Consejo de DH de la ONU la relatora Albanese manifestó: “En concreto, Israel ha cometido tres actos de genocidio con la intención requerida: causar daños corporales o mentales especialmente graves a miembros del grupo, infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial e imponer medidas destinadas a impedir el nacimiento dentro del grupo”.

“Parece que esto ya no es una guerra contra el terrorismo. Parece que es una guerra contra la propia humanidad. No se puede destruir todos los edificios. No se puede destruir todos los hospitales y escuelas. No se puede atacar a trabajadores humanitarios. No se puede atacar a niños y niñas”, dijo el chef José Andrés en una conmovedora entrevista con la agencia Reuters. Y no, no basta con un mea culpa del primer ministro de Israel por lo que calificó como un ataque “equivocado”.

Como dijo Susan Sarandon en una abierta crítica al gobierno de los Estados Unidos por su apoyo incondicional, irrestricto y militar a Israel: “No se puede bombardear el camino a la paz”. Lo que el mundo debe exigir es el cese al fuego inmediato y permanente; el fin de la brutalidad contra la población palestina y la construcción de la paz que se merecen ambos pueblos.

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.