POR LA LIBERTAD

¡No es el virus, es el gobierno!

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Este coronavirus ha causado muertes, pero no tantas como las que los gobiernos, sobrerreaccionando y aprovechando la situación para eliminar libertades y derechos, han provocado al destruir la economía, o sea vidas. Entre estas razones pánico, desesperanza, miedos infundados, hambre, miseria, suicidios, violencia y, lo peor, esclavitud.

' Ya lo decía Thomas Jefferson: “Cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad. Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía”.

Ramón Parellada C.

La enfermedad ha provocado víctimas mortales, pero los gobiernos han sido contaminados de peor manera al causar más muertes a futuro, destruyendo el “modus vivendi” de los ciudadanos. No será fácil recuperarse de esto por más que algunos “expertos” digan que la economía se recuperará rápidamente, mientras que las vidas no. ¿Y qué es la economía, sino vidas humanas? Si la gente no trabaja y produce no tendrá ingresos. Sin ingresos tampoco tendrá para salud. Ni el Gobierno tendrá para salud ni para la seguridad y justicia, que deben ser su prioridad. Destruir la economía es destruir las vidas humanas y la salud.

Veo con terror cómo arrestan y meten presas a personas que violaron un toque de queda impuesto sin una verdadera justificación, como si el virus saliera a contaminar a sus víctimas de las 4 pm a las 4 am. Me espanta ver policías y ejército persiguiendo a estos infractores y hacinándolos en los juzgados para que los atienda un juez. Justo lo contrario a lo que se pretende, hacinamiento. Me horroriza ver drones vigilando que nadie salga a la acera de su casa. El presidente de Filipinas dio instrucciones de disparar a matar en caso de resistencia por parte de quienes violen el toque de queda. Vamos a justificar estos presos y muertos en el mundo por estos irracionales controles tiránicos. Esto parece una película de terror donde todos somos cuasi delincuentes que debemos obedecer órdenes o, de lo contrario, nos meten presos o nos multan. Por no usar una mascarilla dentro de tu propio carro te pueden multar en Guatemala entre Q7,000 y Q150,000. ¿A cuenta de qué? Y tantas dudas que hay de la mascarilla y su uso adecuado. Todo se ha vuelto penal, órdenes, coerción y tiranía.

Lo triste es que la gente, en su mayoría, está de acuerdo. No protestan ni critican, como si no tuvieran mucho más que perder. Es más, muchos se han vuelto tan agresivos contra aquellos que cuestionamos y criticamos estas decisiones. No se les puede decir que están violando tus derechos porque te comen vivo. Hasta los gobiernos están viendo la forma de censurar voces disidentes. Pero la crítica siempre es necesaria. Nadie tiene el monopolio de la verdad y hay muchas dudas. Decir que no debemos criticar es censurar y aceptar un solo punto de vista que igual puede ser el peor de todos, aunque lo sigan todos los gobiernos del mundo. De hecho, consenso no significa estar en lo correcto. Una buena crítica puede contribuir mucho a las medidas futuras, un retomar el camino balanceado si es que estamos perdidos, podemos revisar nuestras medidas y eliminar las que no sean las mejores. En cambio, la mordaza, puede prolongar la agonía de medidas mal encaminadas, que no nos van a ayudar.

Me asombra la “presidencialitis” que existe en el mundo entero y la falta de freno para que los gobiernos dispongan de cuanto recurso quieran, sin importar la destrucción de las economías, el hambre, desempleo y el futuro de la deuda, así como las enormes inflaciones que se nos vendrán. Casi todos los gobernantes se han contagiado de ese virus interventor, estatista y populista que tanto daño ha hecho a la humanidad en el pasado. Y lo hacen porque nadie los frena, la gente lo acepta. Ya lo decía Thomas Jefferson: “Cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad. Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía”.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).