CATALEJO

Se fue Belia, periodista y consejera sin doblez

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Belia Pinto de Meneses, “Rina Montalvo”, se antecedió anoche en el viaje eterno. Con su partida entra a la historia de periodismo nacional, uno especialmente dedicado a quienes se dirigían a ella para escuchar el consuelo proveniente de una persona íntegra, sin dobleces. Por eso, con toda certeza, su columna, escrita durante 60 años —de 1958 al 2018— se llamaba Mensajes Íntimos, y lo eran porque nunca se sabía a quién estaban dirigidos, pero los temas ciertamente eran comunes a hombres como mujeres y expresados dentro de los valores humanos universales y cristianos, pero no necesariamente en la perspectiva solo religiosa. Hay y ha habido otras columnas parecidas en América Latina, pero nunca con la calidad humana y sobre todo por tanto tiempo.

' Demostró la calidad personal y profesional de las mujeres integradas a Prensa Libre en los primeros años.

Mario Antonio Sandoval

Ella me contrató cuando yo tenía 7 años y llegaba por las tardes, después de salir del colegio, a las oficinas de Prensa Libre. No me estaba quieto y eso lo comprendí con el paso del tiempo —causaba molestias a quienes trabajaban en la Administración. Su tarea era llenar las facturas de anuncios y sellarlas por triplicado, una labor sin duda tediosa. Una tarde me ofreció la suma de 25 centavos, una fortuna para un niño de la mitad de los años cincuentas, si yo me encargaba de eso. Belia, por sabiduría y por cariño, solucionó el problema: se libró de ese trabajo y yo me quedé feliz por sentirme útil. El dinero me servía para comprar chistes, cuyo costo era de diez centavos. Desde entonces y toda la vida me llamó Marito, con un cariño muy especial, inolvidable y compartido.

Su carrera periodística, a través de la columna, fue apoyada con entusiasmo por los cinco fundadores de Prensa Libre. El cariño también era mutuo y se mantuvo mientras ellos vivían, e incluso después, demostrado por ella. Fue la representante de un periodismo con evidentes intenciones de beneficiar a los lectores y nunca existió ninguna otra con el mismo fin. Mantuvo su elegancia y belleza física y espiritual desde la flor de su juventud hasta los días maravillosos del otoño, cumpliendo su papel de esposa, madre y abuela, siempre envuelta en una sonrisa en sus labios y en su mirada. Fue varias veces directiva de la Asociación de Periodistas y del Tribunal de Honor de la entidad, donde el aprecio y cariño sincero por ella abundaba entre todos los apegistas.

Su trayectoria demostró la calidad del periodismo femenino guatemalteco y de Prensa Libre, con Atala Valenzuela y Alicia Carrera, quienes se mantuvieron en su tarea hasta su decisión de retirarse a gozar de un merecido alejamiento de las lides del oficio escogido por vocación y por cariño. Esos Mensajes Íntimos eran, además, la demostración de un espíritu dedicado al servicio de los demás y por ello convertido en un apostolado especial y único. Muchos de los miles de quienes durante sesenta años recibieron alguno de los mensajes dirigidos a ellos, sin duda se unirán en sus oraciones. Me da mucha tristeza no serme permitido poder estar presente en el momento de su regreso a la Madre Tierra, como primer paso para su ruta hacia la mansión celestial.

Puedo señalar la profunda admiración —además del cariño— sentida por mí hacia Belia, en los campos personal y profesional. Y admito: voy a extrañarla, pues aunque en los últimos años no la viera mucho, a causa de los avatares de la vida, ahora suspendidos a causa de la pandemia. Óscar, su esposo, y sus hijas María de los Ángeles, Belia y Claudia, sus esposos y los nietos pueden sentirse orgullosos por la cantidad de cariño sembrado y cosechado por Belia -esposa-madre-abuela. Su presencia espiritual seguirá alumbrando la vida de todos ellos. Y no deben olvidar aquel viejo refrán bíblico de no llorar la partida, sino recordar su vida. Todos vamos a irnos algún día y eso es lo único cierto. Estoy seguro: Dios ya la está arrullando en la palma de Su mano.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.