LA BUENA NOTICIA

Nuestra Señora del Rosario

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En la Iglesia católica, la madre de Jesucristo recibe veneración y culto. La práctica tiene su fundamento y origen en las palabras que ella proclama en el evangelio de san Lucas: “desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones” (1,48). La iglesia ortodoxa, en sus variados ritos, también tributa a la Virgen María amplia honra litúrgica.

' Confirmó la decisión de nombrar a la Virgen María del Rosario Patrona de Guatemala.

Mario Alberto Molina

Una peculiaridad católica del culto mariano es la variedad de nombres con los que se le da veneración. Algunos se refieren a la identidad teológica de su misión; por ejemplo: Virgen Madre de Dios, Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de la Asunción. Otras veces los nombres se refieren a los lugares donde se originó un culto especial. Entre los más antiguos: Nuestra Señora del Carmen. Otras veces la Virgen María adquiere nombres referentes a las peculiaridades del origen de la devoción: Nuestra Señora de Guadalupe. La pluralidad de nombres designa a la misma persona.

En Guatemala, las advocaciones marianas principales están vinculadas a las órdenes religiosas que desarrollaron la primera evangelización. La Orden de la Merced, dedicada en su origen a realizar la merced o favor de redimir cautivos cristianos en tierras musulmanas, impulsó la veneración a la Virgen María bajo esa advocación. La Orden de los Frailes Menores promovió la advocación de la Inmaculada Concepción de María, pues los franciscanos fueron los portaestandartes de la doctrina según la cual la futura madre del Hijo de Dios habría sido concebida exenta de pecado original en vistas de la misión que tendría que cumplir. La Orden de Predicadores, o dominicos impulsó la devoción a la Virgen María en la advocación del Rosario.

Esta palabra significa “ofrenda de rosas”. Se refiere a una forma de plegaria muy sencilla, consistente en la evocación de algunos episodios de la vida de Jesucristo, mientras se repite la antífona conocida como el avemaría. Fue una devoción promovida por el fundador de los dominicos santo Domingo de Guzmán, en el siglo XIII, y que cobró auge y se expandió por el mundo por obra de otro dominico, el papa san Pío V. A mediados del siglo XVI, el imperio otomano estaba a punto de conquistar militarmente a Europa. El papa lideró la creación de una alianza militar para hacerle frente. Para pedir la intercesión de la Virgen María ante tamaña empresa bélica, el papa urgió a que se rezara el rosario. El 7 de octubre de 1571, los aliados cristianos derrotaron la armada otomana en la batalla de Lepanto. En agradecimiento, el papa instituyó la fiesta de Nuestra Señora del Rosario en la fecha de la victoria.

Esa advocación mariana es la principal en Guatemala. La devoción converge en torno a las imágenes de la Virgen que se veneran en la Basílica de Santo Domingo, en Guatemala, y en la Catedral del Espíritu Santo, en Quetzaltenango. El papa Juan Pablo II las coronó en respectivas visitas, en 1983 y 1996. Algunos papas y arzobispos guatemaltecos aludieron a la Virgen del Rosario como Patrona de Guatemala. Pero no se conoce documento oficial que respalde el título. Por eso, los obispos de Guatemala tomaron la decisión de oficializar el patronazgo y el 29 de junio pasado el Dicasterio para el Culto Divino, en nombre del papa Francisco, confirmó con decreto la decisión de la Conferencia Episcopal de nombrar a la Virgen María del Rosario Patrona de Guatemala ante Dios. La fiesta en su honor se desarrolla en octubre, pero en Quetzaltenango comienza diez días antes del primer domingo de octubre. No sé por qué. El pasado jueves, la imagen fue llevada en andas alrededor del parque a Centroamérica, al toque de bandas, quema de cohetes y jolgorio multitudinario. Un acontecimiento religioso, cultural, social y económico.

ESCRITO POR:

Mario Alberto Molina

Arzobispo de Los Altos, en Quetzaltenango. Es doctor en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico. Fue docente y decano de la Facultad de Teología de la Universidad Rafael Landívar.