Pluma invitada
Obesidad infantil, un obstáculo para el desarrollo sostenible
Nutrición adecuada desde la infancia: clave para el progreso y la productividad
En América Latina y el Caribe, el sobrepeso infantil constituye una alarma de salud pública de creciente magnitud. Guatemala no escapa a esta realidad, enfrentándose a un desafío dual marcado tanto por la desnutrición como por la obesidad entre las niñas, niños y adolescentes. Esta doble carga de malnutrición compromete su salud física, e impacta negativamente en su desarrollo cognitivo y emocional, delineando un futuro incierto en términos de progreso y productividad nacional.
Las políticas públicas proactivas son la base de la lucha contra la obesidad infantil.
La situación es especialmente preocupante cuando consideramos que en adición al hecho de que 1 de cada 2 niños o niñas menores de 5 años en el país sufre de algún grado de desnutrición crónica, la prevalencia de obesidad infantil se estima en un 5%, siendo esto, el resultado de un complejo entramado de factores, entre los que se destacan los entornos alimenticios obesogénicos, que fomentan el consumo de alimentos ultra procesados y de baja calidad nutricional, unido a limitadas opciones para actividad física, que como consecuencia promueven el sedentarismo. Estos entornos, exacerbados por una comercialización agresiva y no regulada de alimentos no saludables, han hecho que opciones poco saludables sean más accesibles y atractivas para los niños, niñas y adolescentes, especialmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad.
En este contexto, abordar el sobrepeso y la obesidad infantil es más urgente que nunca, demandando una acción prioritaria en la agenda nacional de salud pública. Lograr un cambio significativo requiere de la implementación de políticas alimentarias enfocadas en promover una nutrición adecuada desde la primera infancia, lo que incluye apoyar la lactancia materna, promover la alimentación complementaria adecuada en cantidad y calidad, y fomentar la actividad física. Tales medidas son cruciales para cultivar entornos que incentiven estilos de vida saludables y combatan el sobrepeso desde las primeras etapas de vida.
Asimismo, es vital adoptar un enfoque holístico que, desde una perspectiva de derechos, aborde de manera específica el problema del sobrepeso infantil y despliegue intervenciones costo-eficientes basadas en la evidencia. Es también esencial, incrementar la inversión pública y asegurar la asignación de recursos para el desarrollo de sistemas eficaces de vigilancia, monitoreo y evaluación de este tipo de intervenciones.
De igual importancia es el fortalecimiento continuo de políticas públicas enfocadas en salvaguardar y promover el bienestar infantil, garantizando que tengan la oportunidad de crecer de manera saludable, fuertes y capaces de contribuir al progreso nacional. En este sentido, la propuesta de la iniciativa de Ley 5504 “Promoción de la Alimentación Saludable” presentada ante el Congreso de la República de Guatemala representa una oportunidad sin precedentes para establecer un marco regulatorio que incentive entornos alimentarios más saludables y sostenibles. Dicha legislación, al promover la educación nutricional, regular la publicidad dirigida a menores y establecer un sistema de etiquetado frontal, se convierte en un pilar para el cambio.
El etiquetado frontal, por ejemplo, desempeña un papel fundamental al ofrecer información simple y transparente sobre los valores nutricionales, empoderando a los consumidores a tomar decisiones más informadas. Experiencias a nivel internacional han demostrado su eficacia en orientar las preferencias hacia opciones más sanas y en motivar a la industria a reformular sus productos.
La lucha contra el sobrepeso y la obesidad infantil es una responsabilidad compartida que requiere de una colaboración intersectorial, donde el Estado, sociedad civil, academia, sector privado y organizaciones internacionales trabajen conjuntamente para revertir esta tendencia preocupante. Con la adopción de políticas públicas proactivas, Guatemala puede liderar el camino hacia un futuro más saludable para sus niños y niñas, asegurando un legado de bienestar y prosperidad para las generaciones venideras. Unidos, podemos transformar el desafío del sobrepeso y la obesidad infantil en los cimientos para el desarrollo sostenible del país.