CATALEJO

Otro desastre provocado por torpeza irresponsable

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Todos los días emergen pruebas de la torpeza irresponsable de Alejandro Giammattei. Cuando era candidato y ya hablaba tonterías, reunió a veteranos militares y les prometió a gritos el pago de resarcimiento a todos, de la misma manera como lo han recibido las otras víctimas del conflicto armado interno, según lo expresado por los Acuerdos de Paz. Ellos hablan de 120 mil exsoldados y exigen Q120 mil para cada uno, lo cual suma 14,400 millones, recibidos en dos pagos. Dos irracionales diputados propusieron la ley para hacerlo y esto, al despertar la organización dormida en todo el país, provocó el nuevo ataque al Congreso y el anuncio hecho ayer de la paralización nacional hoy, así como amenazas veladas de ataques a la prensa y al resto de ciudadanos.

' El apoyo a Ortega demuestra la inminente dictadura del errático presidente y sus compinches en el pacto de corruptos.

Mario Antonio Sandoval

Guatemala avanza con todo descaro hacia la dictadura, no solo por el pacto de corruptos en el Congreso sino por acciones como el vergonzoso silencio, junto con Honduras, México, Bolivia, Argentina (todos por razones obvias actuales) para apoyar la exigencia de la OEA de liberar a los presos políticos, muchos de ellos opositores a la dictadura en Nicaragua. Demuestra cómo pueden ser las próximas elecciones guatemaltecas, así como la ausencia de la Cancillería y la vergüenza causada a la valiosa representante nacional, obligada a abstenerse, lo cual es un voto tácito a favor. Internamente, los veteranos lanzaron dos mensajes por redes sociales con amenazas preocupantes y rechazo a la tardía distancia puesta con ellos por las actuales autoridades del Ejército.

Los dos mensajes divulgados ayer, en resumen, amenazan con caos, bloquear el paso en docenas de puntos viales, cerrar aeropuertos y llevar a hombres, mujeres y niños para enfrentarse a los antimotines. “Nos han visto la cara de babosos”. “Con un veterano que toquen, aténganse a las consecuencias”. “Giammattei se comprometió con Avemilgua para presionar ante el Congreso para que pase la ley de unificación 53-64”. “Se nos violaron nuestros derechos. Muchos éramos jóvenes sin la mayoría de edad y casi todos fuimos llevados casi a la fuerza pues pocos se presentaron porque quisieran ser soldados. Sufrimos castigos crueles, como Cristo. A todo desertor el mismo soldado lo mataba”.

Otras frases: “Ya no seremos respetuosos de la ley, porque por la paz no van a hacer nada. No somos exmilitares, sino soldados veteranos combatientes”. “Estamos preparados contra las potestades del infierno. Nuestro enemigo se llama Satanás. El Señor lo reprenda y a toda la partida de ratas políticas”. “Giammattei está provocando una guerra entre veteranos, antimotines y la Policía. Pedimos que los oficiales apoyen a que no se vaya a hacer una guerra en nuestro país. En los Acuerdos de Paz hay un artículo de compensación a ambas partes, pero solo a los delincuentes subversivos se les dio. Los medios de comunicación no toman en cuenta a los veteranos”. Esta frase trae a colación el ataque del martes pasado a los periodistas de Prensa Libre y Guatevisión, así como de otros medios, frente al Congreso.

Esa acción fue planificada. Pocos policías resguardaban en edificio y no actuaron A la media hora llegaron los antimotines, sin éxito, y sus jefes se enojaron al serles preguntadas las razones de la desidia. Los cabecillas de los atacantes primero los dejaron pasar, pero luego no detuvieron las acciones violentas y el encierro a los pocos diputados asistentes —casi ningún oficialista— a pesar de haber convocatoria. Fue muy parecido a la acción gubernativa del 21 de noviembre, con la diferencia de no haber escondido los rostros de los vándalos. El país ya está en caos, aunque sea a cámara lenta. Esto permite predecir el afianzamiento de la dictadura en la cual se encuentra sumergida Guatemala, con la ayuda, por acción o por omisión, de demasiados sectores sociales.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.