CATALEJO

Peruanos sufrirán por su opción hacia la sima

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Aunque aún falta la declaración oficial definitiva, parece un hecho la victoria electoral de Pedro Castillo en Perú, aunque en numerosas mesas Keiko Fujimori obtuvo cero votos, lo cual es imposible. Pese a ello, pudo más el antifujimorista mezclado con el deseo de lograr mejoras sociales, meta imposible de lograr con el socialismo y sobre todo con el confesado comunismo castillista. El país se integrará al grupo latinoamericano del absurdo “socialismo del siglo XXI” junto a Venezuela, Argentina, Bolivia, Nicaragua y Cuba. La mínima diferencia, menos de la mitad del 1 por ciento de los votos, comprueba el desprestigio del sistema de elecciones, base de la democracia republicana fundamentada en el liberalismo bien entendido, pero necesitado de una sólida base educativa.

Castillo, como Trump, aparece siendo un recién llegado a la política. Con poca experiencia y cultura general necesaria en lo económico y lo sociales. Como en Venezuela cuando llegó Chávez por la vía de los votos, efecto de la mala conducción del país por los políticos tradicionales y de la corrupción, el amiguismo, etcétera. El mapa político latinoamericano es ahora distinto, porque otros dos países, Chile y Colombia, por distintos motivos también pueden afianzar la desconfianza de los inversionistas, a causa de las dudas sobre la vigencia del estado de Derecho y de reglas de juego claras. Se manifiesta además la crisis de los partidos políticos, de la misma manera a como ahora ocurre en Estados Unidos y también en otros países fuera del nuestro continente.

' Por buscar la cima, es decir la cumbre, los peruanos lamentablemente escogieron lo contrario: la sima, o sea la profundidad del abismo.

Mario Antonio Sandoval

Sin embargo, las características del andamiaje político-legal de Perú pueden provocar serios dolores de cabeza al nuevo presidente. Castillo llega con solo 28 diputados de un total de 130. Hay 11 bancadas con representación en el Congreso y ello es la receta segura para boicoteos, sin duda alguna, promovidos por el partido fujimorista, en alianza con otros bloques parlamentarios. Por aparte, en Perú el Congreso puede destituir al presidente y esa es la causa de la defenestración de seis mandatarios, cuatro de ellos en menos de un año, de los cuales uno se suicidó y los demás están presos o huyeron. La crisis política comenzó rápidamente a afectar los beneficios económicos logrados en un largo período, así como la reducción de la pobreza, aunque no fue suficiente.

El panorama político peruano no se ve limpio de tormentas en el horizonte. Los políticos de los partidos mencionados son iguales a los del resto del continente, por la generalizada crisis de estos. La falta de experiencia pasará la cuenta al gobernante, y eso es así en todos los países. Caso parecido es el viaje de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris a Guatemala y México, el cual ya ha sido blanco de críticas, no solo las esperadas y venenosas de sus adversarios políticos republicanos y de los analistas de esa tendencia, sino también de comentaristas serenos e incluso de su propio partido. Lo menciono porque algo similar le ocurrirá a Castillo, de la misma manera como le sucede y causa irritación a otro inexperto ahora al mando, Alejandro Giammattei.

Si Castillo logra sostenerse en esas circunstancias tan adversas, en el mejor de los casos su presidencia pasará sin pena ni gloria, algo imposible de evitar. Algunas voces ya comienzan a hablar veladamente de su defenestración vía un golpe de Estado, otro retroceso porque los militares no tienen, en la tarea de gobernar correctamente, la mejor de sus características, y porque provocaría una crisis continental en un mundo donde el poder de China y Rusia comienza a manifestarse con claridad meridiana. Aunque para muchos sea impopular decirlo, debe pensarse en crear condiciones para ser candidato, ser electo, integrar gabinetes y dirigir instituciones del Estado, porque el fracaso de la democracia se debe a ser demasiado abierta. Pero eso es tema de otro artículo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.