POR LA LIBERTAD

Preparemos el Nuevo Año

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El tiempo pasa volando. Estamos tan intensamente metidos en el día a día que cada año siento que se nos pasa más rápido. Se nos fue ya la Navidad, posiblemente la fecha que más esperamos con ilusión durante todo el año y la celebración familiar más importante y tradicional de nuestra Guatemala. Quedan apenas cinco días para que termine este año y es momento de tomarse unos minutos para reflexionar sobre nuestros propósitos para el que viene.

La Navidad fue una celebración eminentemente familiar, llena de amor, en la que celebramos el nacimiento de Jesús de Nazareth y para ello nos preparamos durante el Adviento meditando sobre nuestras debilidades y defectos para poder superarlos y ser mejores personas. Mejores con nosotros mismos, nuestros seres queridos, amigos y compañeros de trabajo. Nos estuvimos preparando para ser mejores con el prójimo. Fue como un acto de conciencia en la que nos conciliamos con nosotros mismos y los demás. Y por supuestos, al final, celebrar ese nacimiento que nos llena de Paz, esperanza y amor.

Para mí, fue otro año intenso, con muchas bendiciones, mucho trabajo y por supuesto, lo del día a día, tomando decisiones, defendiendo proyectos y actuaciones, en unas con razón y en otras no tanto. Un año en el que tuve mis momentos altos y también bajos. En el que el tiempo me superaba y no me alcanzaba para completar todo lo que me había propuesto hacer. En el que tuve diferencias sobre ciertos puntos con personas que admiro y respeto, pero que esas diferencias nos llevaron a momentos de mucha tensión. En el que mi carácter y modo me traicionaban y debía corregirme insistentemente. Un año en el que completé muchas de mis metas del año anterior en el deporte, en la familia, en mi trabajo, en la Universidad y en otras instituciones en las que me he involucrado.

Fue un año en el que acompañe a amigos en momentos difíciles en el que han perdido seres queridos, pero también en momento felices donde la familia se multiplica. Un año en que trasmití optimismo a mucha gente, pero que también me contagiaron a mí de ese positivismo que nos motiva a ser felices. Un año que valió la pena y la vida sigue valiendo la pena por más cuesta arriba que se nos pueda poner.

Ahora que terminó la Navidad tenemos unos días en que generalmente salimos a descansar a alguna playa, montaña o lugar en que estamos tranquilos. Es momento de aprovechar a revisar nuestros propósitos para el próximo año, para mejorar nosotros mismos y al hacerlo ayudar a los demás a ser mejores también. A terminar aquellas cosas que comenzamos y nunca terminamos. A completar todos nuestros pendientes en la vida. Lo que hemos dejado para mañana y sigue esperando ahí pero nunca le entramos con ganas para cerrarlo.

' Un año que valió la pena y la vida sigue valiendo la pena por más cuesta arriba que se nos pueda poner.

Ramón Parellada

Leí en algún sitio que una forma muy efectiva de reflexionar y prepararnos para el próximo año era anotar cada día de los que quedan para fin de año como mínimo unas diez ideas o propósitos que querríamos llevar a cabo. Al final del año tendremos, al menos, cincuenta cosas por completar en el año que viene. Podremos priorizarlos y tener la lista colgada frente a nuestro escritorio para ir tachando aquellas que vamos cumpliendo. De esta forma, lo tendremos siempre presente.

Se nos fue Navidad y les deseo que la pasaran muy bien. También quiero agradecer por esa paciencia y apoyo que me han dado cuando leen mis columnas. Es mi intención al escribir, tocar temas que tal vez nos ayuden a reflexionar sobre situaciones que deben cambiar, mejorar, y pensar sobre soluciones para hacerlo. Espero que esto les ayude como me ocurre a mí en lo personal a ser mejores personas. Feliz Año 2020

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).