POR LA LIBERTAD
Presupuesto 2020: irresponsabilidad fiscal
De nuevo, los diputados del Congreso de la República se apuran para aprobar un presupuesto inflado en gastos, sobreestimado en ingresos tributarios y financiado con una creciente deuda. Lo de siempre, irresponsabilidad y asimetría fiscal.
' El presupuesto 2020 no debe aprobarse así, debe reducirse para que exista simetría entre ingresos y gastos.
Ramón Parellada C.
Si bien, el incremento del proyecto de presupuesto para el 2020 es del 4.2% en relación con el aprobado para este año, no debemos olvidar que este año el presupuesto aprobado fue 17.1% mayor que el aprobado del 2018. El presupuesto para el 2019 fue incrementado irresponsablemente sin importar endeudar más al país. De hecho, los rubros que más se incrementaron fueron los del Ministerio de Educación (19.80%, aunque en términos absolutos fue el que más incrementó: Q2.8 mil millones), fruto de las presiones sindicales más que del desempeño y mejora de calidad; el de Comunicaciones (26.6%), el de Defensa (27.9%), el de Salud (29.7%), el de Desarrollo Social (32.2%) y el de Cultura y Deportes (44.5%).
Este año, todos los incrementos tienen cierta proporción al aumento propuesto, aunque sorprende ver que el de Comunicaciones disminuye en favor de otros. De igual manera, esto no es lo importante. El gol del incremento desproporcionado nos lo metieron el año pasado y ahora se pretende que lo olvidemos, haciendo ver que el presupuesto para el 2020 apenas se incrementará un 4.2% en relación con el del año pasado. Lo correcto sería reducirlo, pero imagínese Ud. que no se le dé un incremento al Ministerio de Educación. La que se armaría. Lamentablemente, la educación se ha vuelto un instrumento político para presionar a los gobiernos a seguir invirtiendo en ese barril sin fondo que solo significa una camisa de fuerza a los estudiantes. Pero este tema es para otro artículo.
Se puede reducir el gasto eliminando algunos ministerios y permitiendo que muchas actividades se queden en manos de personas en lo privado. El Ministerio que urge eliminar es el de Desarrollo Social, que ha sido clientelar y se le señala de corrupción desde que se creó. El ahorro sería de Q1,252 millones. Y lo mismo se puede hacer en otras dependencias.
En cuanto a ingresos tributarios, no creo que este año se logre llegar a los Q64 mil millones que se aprobaron para el 2019, con suerte estaremos ligeramente arriba de los Q61 y Q62 mil millones. Entre Q2 y Q3 mil millones menos de lo estimado. Por lo tanto, para el 2020 calculo que los ingresos tributarios estimados no deberían ser mayores a Q63.5 mil millones. Están estimados en Q67 mil millones (Q5.5 mil millones menos de lo que considero realista y conservador).
Pero la deuda no les preocupa. Es más, nuestras autoridades monetarias y financieras no se cansan de repetir que tenemos una de las deudas más bajas del mundo. Es verdad que la deuda externa está alrededor del 25% del PIB, pero al sumarle lo que se debe al Banco de Guatemala y al IGSS llegamos casi al 40% del PIB. Un grave problema si seguimos aprobando presupuestos con gastos financiados por deuda.
Y es que el presupuesto de Guatemala se destina principalmente al funcionamiento (66.6%), es decir a sueldos y gastos para que muchas entidades existan; la mayoría sin hacer mayor cosa para que el país pueda tener un mayor crecimiento económico; al contrario, lo frenan. El exceso de regulaciones y permisos que es manejado por burócratas cuyos sellos y firmas actúan monopólicamente nos empobrece. Y pagamos impuesto por ello. Y nos endeudamos, encima de todo. El presupuesto 2020 no debe aprobarse así, debe reducirse para que exista simetría entre ingresos y gastos.