CATALEJO
Se abre telón para una obra de justicia
Alejandro Sinibaldi se convierte ahora en un factor importante en el escenario nacional a causa de haberse aparecido el lunes luego de casi cuatro años y medio de haber abandonado por la puerta trasera el paraíso a donde lo habían llevado sus correrías en la politiquería. Su primera actividad importante fue su escandalosa campaña para la alcaldía capitalina en las elecciones del 2011. En esa ocasión fracasó en el intento de despojar de su trono al alcalde-monarca absoluto Álvaro Arzú. Todo esto a pesar de haber tapizado la ciudad con enormes afiches desde más de un año antes, cuyo financiamiento nunca estuvo del todo claro. Ya había sido diputado por el Partido Patriota y de allí quiso hacerse del mando del Palacio de la Loba, para permitirle al PP tener más fuerza.
' Por su importancia y por interés popular, este caso será ampliamente cubierto por la prensa nacional e internacional.
Mario Antonio Sandoval
Las aventuras también lo llevaron a convertirse en figura superficialmente cercana de Roxana Baldetti cuando ella fue electa vicepresidenta de Otto Pérez Molina. En privado y en un círculo muy pequeño, manifestaba su molestia por la manera de ser de ella, sobre todo en cuanto a su irrespeto, como se comprobó, y él hizo un gesto de tremendo disgusto cuando lo llamó “fisiquín” en pleno parque central. Ella, con un apretado pantalón de lona. Diputado del Congreso por el Partido Patriota, había presidido la Comisión de Comunicaciones, fuente de negocios, y por ello no extrañó su nombramiento como ministro de esa cartera cuando llegó al poder la jauría patriotista, a quienes representaría cuando llegara a la Presidencia de la República.
Se trata de alguien con la capacidad de ser testigo de primera mano de mucho de lo ocurrido en el gobierno del PP, antes de la renuncia de Baldetti, la del agüita mágica de Amatitlán, lo cual colmó la enorme paciencia de los guatemaltecos, inició las manifestaciones y, aunque ella renunció a su cargo cuando estaba rodeada de pruebas en su contra, de todos modos no pudo evitar ni la renuncia presidencial ni la escapada del candidato en ciernes a Italia, donde probó la amargura del destierro, no de balde considerado por los griegos el peor castigo para un ciudadano. Los cuatro años han dejado huella en su rostro, y el hombre llevado de regreso vía Italia-Amsterdam-México-Tapachula es alguien conocedor de la culpabilidad en muchas o todas las acusaciones.
Como en el futbol, la mejor defensa es el ataque, y eso Sinibaldi debe comprenderlo. No tiene sentido colocarse en el papel de víctima de la prensa, porque ello sólo sucedería si esta institución social lo hubiera obligado a actuar como hizo. La realidad es otra: decidió de manera adulta actuar como lo hizo, y su principal error, si se le quiere otorgar algo de beneficio de duda, es haber considerado eterna la permanencia de la cleptocracia (gobierno de los ladrones) reinante en ese tiempo. Esto continúa a tambor batiente, pero los integrantes del gobierno siguiente continuaron y del actual continúan haciéndolo. Ya les llegará su tiempo de caer, debido a presiones internacionales y a la amenaza de explosión social, pero eso es motivo de un análisis aparte.
Alejandro Sinibaldi tiene la oportunidad de abrir ese telón tras el cual se esconde la corruptela de su tiempo, para poder así analizar y descubrir cómo continuó en los tiempos actuales. En ese sentido, tienen oportunidad de lavar su nombre, pero para ello debe cumplir con los requisitos de la historia, frente a la cual se encuentra ahora. En lo personal, lamento todas las dolorosas lágrimas de su mamá, cuyo amor por él incondicional, y quien junto con los familiares cercanos son las principales víctimas. Ahora le toca resistir los largos plazos del tortuguiento sistema legal del país, donde los amparos y todo tipo de atrasos son causantes de veredictos situados al final de un largo y tortuoso camino. Algo más es cierto: su caso despierta el interés periodístico y nacional.