Las elecciones del domingo 11 de agosto demostraron una vez más que la mayoría de guatemaltecos son conservadores. Se votó por dos guatemaltecos que se la juegan por el país.

Conocí al doctor Alejandro Giammattei durante la campaña del 2015, en una visita que hizo a la Cámara del Agro. En esa oportunidad percibí que conocía bien lo que necesitaba el país y a la vez presentaba soluciones. Noté que era un hombre con carácter y que tenía muy claro que Guatemala requería, entre otras cosas, de ley y orden, inversión y diálogo. Ahora llegará con la experiencia de cuatro campañas y haber visto lo que los gobernantes de esos tres períodos hicieron.

A Guillermo Castillo Reyes lo conocí en el 2013, poco después de que se integró a la Cámara de Comercio como su director ejecutivo. Era un momento importante para el sector empresarial organizado de Guatemala porque estábamos poniéndonos de acuerdo el Directorio del Cacif, institución que orgullosamente presidía, con la Junta Directiva de la Cámara de Comercio para que se reincorporaran al Cacif. Guillermo siempre fue colaborador, respetuoso, propositivo y activo.

Guillermo es originario de Cuilco, Huehuetenango, —un lugar precioso—. Estudió en Cuilco el nivel primario y secundario. Al graduarse se trasladó a la Ciudad de Guatemala a cursar el nivel universitario. Willy, como le llama la gran mayoría, es el ejemplo, en mi opinión, del resultado del esfuerzo y buena conducta que hoy se ve reflejado en que ha sido electo el Vicepresidente de la República, cargo que a muchos nos honraría acceder para poder servir al país.

De eso se trata ahora, servir a Guatemala. Al binomio electo le toca servir al país, pero necesita de todos los apoyos posibles. Guatemala necesita que nos unamos en los propósitos en común. La semana pasada fue visible el acercamiento del presidente electo con el alcalde capitalino. En ese encuentro ambos manifestaron públicamente que trabajarán juntos en lo que corresponde para que tengamos una ciudad que preste los mejores servicios. Posteriormente vimos que el binomio electo atendió invitación del Presidente de la República a Casa Presidencial. Escuchamos a Morales, acompañado del vicepresidente, ofrecerle al binomio electo todas las facilidades para que durante cinco meses se haga una transición ordenada y abierta. Eso es democracia, eso es cumplir con Guatemala como servidores públicos.

No solo se necesita unidad del Ejecutivo y del poder local. Se necesita que el empresariado, la academia, las Iglesias, los medios de comunicación, el organismo Legislativo, las instituciones de Justicia, los órganos de control, la comunidad internacional, y quienes gusten sumarse. Pongamos nuestro aporte en buscar el bien común, dejando al lado las diferencias y fortaleciendo lo que une a todos: un mejor país con reglas claras, con oportunidades de educación, de empleo y de emprendimiento, con acceso a servicios de salud de aceptable nivel, con ayuda social no clientelar, con seguridad ciudadana y con infraestructura que sirva a todos para los diferentes propósitos.

Estoy seguro de que el 99% de los guatemaltecos nos oponemos a la corrupción, por lo que debemos ser parte de la solución en el ataque a ese flagelo. El gobierno Giammattei-Castillo se apoyará en una institución local que combata la corrupción. Experimentos sin rendición de cuentas como la Cicig no funcionan. La Cicig tuvo aciertos y aportes, pero muchísimos desaciertos creando un clima polarizado. Al final, el sistema de justicia no mejoró.

Dialoguemos, respetémonos, apoyémonos, comuniquémonos. Es necesario apoyar a los ciudadanos que tienen carencias. Eso se puede hacer desde lo público, pero también desde lo privado. Seamos creativos y generosos. Se hace país con gente que se la juega. Yo me apunto.