CATALEJO

Se va caballero político

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Roberto Carpio Nicolle, el caballero de la política, ajeno a la grotesca politiquería actual, murió el viernes pasado con dos tristezas: una, no haber logrado su sueño de “haber nacido guatemalteco pero morir centroamericano”, porque la unidad política de ese pequeño espacio geográfico ya se volvió imposible a causa de los resultados de las últimas elecciones en sus países y de la imposición de la dictadura orteguista. La otra fue la descomposición de una de sus ilusiones más queridas, el Parlacen, que desde hace años se convirtió en refugio de politiqueros corruptos y por ello merecedor de su desmantelamiento. Lo sé porque fue uno de los temas de nuestra última conversación, hace alrededor de un año, pero ello no le quita su buena hoja de servicios a Guatemala.

Con su hermano Jorge fundió diario El Gráfico y ejerció el periodismo. Fue presidente alterno de la Asamblea Constituyente de 1984 y dejó su huella en el texto. En el gobierno demócrata cristiano de 1986-1991 ejerció bien la vicepresidencia, promovió la pequeña empresa y todas sus acciones se enmarcaron en el trato respetuoso, cordial, a quienes pensaban distinto a sus criterios humanistas. Su libro más reciente, “El colapso del Estado”, plantea cómo hacer para salvarlo y culpa de este fracaso a quienes se integran solo para practicar el pillaje, con su resultado de cleptocracia. Su trayectoria demuestra la posibilidad de hacer política real en Guatemala a través de gente proba, verdaderos partidos, no agrupaciones tribales. Descansa en paz, querido Roberto.

 

Posible exclusión del COI

La Corte de Constitucionalidad tiene en sus manos la permanencia o expulsión de Guatemala como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI). La historia es simple: Alejandro Giammattei decidió, vía personajes afines y corifeos, apoderarse del Comité Olímpico Guatemalteco (COG), y estuvo detrás de un grupo en las anteriores elecciones. Fue “electo” en unos comicios donde 21 asociaciones deportivas se abstuvieron y solo siete votaron a favor, pero eso es un nombramiento, no elección, por haber solo una planilla. El COG apeló en un juzgado y este ordenó la repetición de esos comicios, pero quienes favorecen al gobierno se apresuraron a presentar una acción de inconstitucionalidad, la cual será conocida en una sesión programada para mañana.

Si la CC falla a favor, el COI expulsará a Guatemala por tratarse de una presión política, específicamente prohibida por la Carta Olímpica. Aunque el COG sea escuchado, no podrá recibir esa autorización, por ser contraria a ese documento internacional y esto significará el cese de la colaboración del COI al deporte olímpico guatemalteco. Cuando se analiza quiénes son los apoyados por el gobierno sobresale, por ejemplo, Shirley Rivera, muy cercana al mandatario y escogida por él presidenta del Congreso, también sin conocimiento ni experiencia alguna en lo deportivo. Todo este aparente enredo no lo es y se comprende al conocer la cantidad de dinero aportado por el erario.

Debido a la ilegal “elección” en el Comité Olímpico Guatemalteco, la CC tiene la responsabilidad de evitar la expulsión del comité nacional.

 

Nota

Ucrania está defendiéndose con fiereza. Occidente por fin dejó de apoyarla con declaraciones y comenzó a hacerlo con armas y durísimas sanciones económicas, pero muchos efectos de estas últimas no serán inmediatos. Los invasores rusos encontraron más resistencia de la calculada y han sufrido bajas de soldados y armamento, pero aun así la causa de la libertad de Ucrania está en posición débil. La guerra durará poco tiempo pero sus efectos, como siempre, permanecerán por largo tiempo y alcanzarán a todo el mundo, aunque algunos consideren a Guatemala libre de estos. Queda solo admirar la valentía de los ucranianos. No es posible predecir nada y solo mantenerse al tanto de los acontecimientos, de los cuales es posible ser testigos al verlos en directo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.