El aspecto económico originado por la pandemia del covid-19 (Coronavirus) ha empezado a resolverse.

Primero fue la readecuación del Presupuesto del Estado 2019 para poder administrarlo en el 2020; luego, los créditos con el Banco Mundial y el BID; y está en proceso un financiamiento de 11 mil millones de quetzales que requiere análisis por separado. Sin embargo, se plantea una nueva fuente de financiamiento: El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).

El presidente de la República, Alejandro Giammattei, hizo del conocimiento público en la noche del 26 de marzo de 2020, en cadena nacional, lo siguiente: “La situación es complicada. Hago un llamado a la Junta Directiva del IGSS para que nos pongamos de acuerdo, entre obreros, patronos y el Estado, para que podamos asegurarle a nuestros trabajadores que paguen el IGSS que van a contar con su salario”.

Conviene tener en cuenta qué es el IGSS, para qué fue fundado, cómo se financia, cómo se dirige y qué programas cubre.

Todo esto puede ser encontrado ampliamente en el libro de mi autoría titulado El IGSS a 73 años de funcionamiento, 1946-2019, publicado por el IGSS en octubre de 2019, 83 páginas. Contiene fotografías históricas a todo color.

El libro recoge la investigación que hice a lo largo del año 2018, artículos que publiqué en esta columna, y conferencias que impartí en la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, y en el Auditorio del IGSS.

El Convenio 102 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, denominado Convenio sobre la Seguridad Social, señala nueve áreas para la cobertura de la seguridad social en los países miembros de esa entidad, incluido Guatemala. Ocho de esas áreas las cubre el IGSS y una de ellas es inexistente por lo que no puede acogerse plenamente a dicho Convenio. Justamente la prestación que no da el IGSS se denomina por la OIT Prestaciones por Desempleo.

Las nueve prestaciones que plantea la OIT, en su orden, se enumeran así: 1. Asistencia médica; 2. Prestaciones monetarias de enfermedad; 3. Prestaciones de desempleo; esta es el área que no la tiene Guatemala. 4. Prestaciones de vejez (pensión); 5. Prestaciones en caso de accidentes del trabajo y enfermedad profesional; 6. Prestaciones familiares; 7. Prestaciones de maternidad; 8. Prestaciones de invalidez; y 9. Prestaciones de sobrevivientes.

La OIT insiste en que los regímenes de seguridad social deben ser administrados sobre una base tripartita, con el fin de garantizar y fortalecer el diálogo social entre gobiernos, empleadores y trabajadores. Dicho convenio no lo ha podido ratificar Guatemala.

El IGSS se concibió mediante un sistema en el que el Estado sería un contribuyente importante, lo cual no ocurrió. El Estado dejó de pagar grandes sumas de dinero en los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz. Pero lo más grave fue que Árbenz condonó la deuda que el Estado tenía al IGSS. El IGSS lleva la cuenta al centavo de lo que le adeuda el Estado cada año. En la Memoria de Labores de 2017 que es la última que tengo a mano, en la denominada Cuentas por Cobrar Adeudos del Estado, anota la cifra estrambótica de Q39 mil 238 millones (US$5 mil 163 millones).

Así que lo que conviene es sentarse a la mesa tripartita. La codicia puede llevar a que se miren los depósitos de los bancos y decir que pueden servir para combatir el Coronavirus. Pero no se trata de eso. Lo que sí se puede usar son las reservas monetarias internacionales.